¡Santa María, Madre de Dios!

lunes, 9 de junio de
image_pdfimage_print

Queremos consagrarnos a ti.
Porque eres Madre de Dios y Madre nuestra.
Porque tu Hijo Jesús nos confió a ti.
Porque has querido ser Madre de la Iglesia.

Nos consagramos a ti:
Los obispos, que a imitación del Buen Pastor
velan por el pueblo que les ha sido encomendado.
Los sacerdotes, que han sido ungidos por el Espíritu.
Los religiosos y religiosas, que ofrendan su vida
por el Reino de Cristo.

Los seminaristas, que han acogido la llamada del Señor.
Los esposos cristianos en la unidad e indisolubilidad de su amor con sus familias.

Los seglares comprometidos en el apostolado.
Los jóvenes que anhelan una sociedad nueva.
Los niños que merecen un mundo más pacífico y humano.
Los enfermos, los pobres, los encarcelados,
los perseguidos, los huérfanos, los desesperados,
los moribundos.


San Juan Pablo II

 

Oleada Joven