En el desierto de mi corazón

lunes, 30 de junio de
image_pdfimage_print
Hoy sé que mi vida es un desierto,
en el que nunca nacerá una flor,
vengo a pedirte, Cristo jardinero,
por el desierto de mi corazón.
 
Para que nunca la amargura sea
en mi vida más fuerte que el amor,
pon, Señor, una fuente de alegría
en el desierto de mi corazón.
 
Para que nunca ahoguen los fracasos
mis ansias de seguir siempre tu voz,
pon, Señor, una fuente de esperanza
en el desierto de mi corazón.
 
Para que nunca busque recompensa
al dar la mano o al pedir perdón,
pon, Señor, una fuente de amor puro
en el desierto de mi corazón.
 
Para que no busque a mí cuando te busco
y no sea egoísta mi oración,
pon tu cuerpo, Señor, y tu palabra
en el desierto de mi corazón. Amén
 
                                                                                 José Luis Martín Descalzo

 

Milagros Rodón