Dulce y puro

martes, 5 de agosto de
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Así encontrados, queremos permanecer,

que ningún dolor nos separe,
que encontrados sigamos, así caminando,
y en el alma reconciliados, nos sintamos hermanos.


Como un niño, correr a tu encuentro y
buscando un abrazo, sentir en tu pecho,
el amor puro de tu corazón latiendo.

Llenar mis vacíos con el amor de tus manos,
esas manos cercanas que se escondieron,
pero que jamás me dejaron.


Porque eres la ventana desde donde contemplo
el recorrer de mis días mas bellos,
y porque son tus ojos el reflejo perfecto

del cielo eterno que tanto anhelo.


Y en nuetra juvenil alma, entender la sabiduría del amor,
comprender que sin sacrificio el verdadero amor no existe
que hay que dejarse cuidar por las manos del otro y
que hay que dejarse mirar por lo ojos amados.

Por esos ojos amados que contemplan el

recorrer de nuestros días más bellos.



Sebastían Figueroa

 

Oleada Joven