Señor, te estoy esperando… Con una mezcla de esperanza,
impaciencia, inquietud e ilusión, pero a la vez teñido de un cierto miedo,
a que todo siga igual, a que nada cambie en mi vida.
Sigo necesitando encontrarte,
descubrir dónde vivis, en qué lugares te escondés, dónde buscarte
cuando creo perderte. Pero a la vez sé que Vos me
buscás en todo momento, que buscás las mil y un maneras
para salir a mi encuentro.
Dame tus ojos para poder verte,
dame oidos de discípulopara poder escucharte y seguirte. Dame corazón de niño para seguir
admirándome de tus caminos, de tus maneras, de tus tiempos,
de tus revelaciones… Dame un corazón sencillo
para poder albergarte…
Vos elegiste un lugar pobre, retirado,
humilde y oscuro para nacer. Se que en este tiempo querés
nacer en mi corazón. Yo quiero ser dócil para que vos vayas
formándome como quieras.
De nuestra redacción
Milagros Rodón