¡Ven, Señor, que te esperamos!Que puestos a la espera de un Dios encarnado,recordamos que tu amor en carne nos bien-dijo: “amados”.Ven a iluminar este camino que elegiste y causa escándalo,acostumbrados como estamos a embarrar nuestro barro.
Ven, a encarnar los gestos con que supiste pescarnos;pescador de hombres, en un mar tan inhumano.Ven, Señor, a llorar sin miedo de aparecer necesitadodel que pasa y no siente porque mira hacia otro lado,cuando allí en su propia carne lo tiene todo guardado.
¡Ven! Tal vez ocurra así el milagro:que al escucharte hecho Niño en llantologres… “más humanos” ¡despertarnos!
Javier José Albisu