Resucitar para amar

miércoles, 17 de abril de
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Resucitar cuando la vida se nos ha vuelto un sepulcro, cuando caminado un desierto nos hemos vuelto un evidente infierno.

Resucitar a un cielo que siempre nos ha esperado paciente, que nos ha dado la oportunidad de pisar su alfombra pura, limpia y celeste.

Resucitar cuando la noche ha invadido nuestra casa, cuando nuestra túnica se embebió de color vino, manchando el alma, borrando cada línea de sentido.

Resucitar cuando los recuerdos nos han herido, cuando los discursos del olvido han predicado imposibles, cuando en el tiempo hemos fijado cicatrices.

Resucitar a una gracia que es alegría, en donde la tristeza quizás nos sea compañía, pero ya no nos determina con su apática manía.

Resucitar donde el amor triunfa gozando, donde los lirios dan flor, donde los espinos se han podado.

Resucitar para ver triunfar la misericordia, para ver el ocaso del dolor, para abrigar los días de risas y glorias.

Resucitar para ser alguien nuevo, para ser algo especial, para vivir, para soñar, para amar.