Ése es el milagro del amor: para él, no hay distancias.
Cuando amamos, siempre estamos cerca de alguien. Por más perdido que se sienta, nuestro amor lo alcanzará.
Y el que ama de verdad, jamás se siente perdido, ni en el desierto, ni en la ciudad confusa.
El que ama de verdad no se cansa de buscar diálogo y compartir la vida.
El que ama de verdad “nunca está muerto ni de sed, ni de miedo”.
Pero lleva en sus manos la plenitud de la Vida; el agua que reanima y el ánimo que da coraje.
Siempre hay alguien a nuestro lado. El que ama, descubre su presencia. De lo contrario, estará solo en la multitud,terriblemente solo, con su autosuficiencia y su egoísmo.
Cuando más me resista a abrirme a los demás inclinándome con egoísmo para admirar mis propias limitaciones, ¡más solitario estaré todadvía!
Y no habrá nadie que logre restituirme la alegría de vivir, sino me digo a mi mismo: ¡Deja que los demás invadan tu casa! . “Abre las puertas de la desconfianza y conocerás voces cuya existencia desconocías; que no creías poder llegar a amarlas”.
Ésta es la ley de la vida: PARA VIVIR EN PLENITUD ES NECESARIO COMPARTIR EN PROFUNDIDAD.
Y de esto el Amor entiende mucho…
De Carlos A. Schmitt “Crear lazos de Amistad”