Cuentan que un periodista ateo le preguntó a la Beata Teresa de Calcuta si Dios es grande o pequeño, a lo que la futura santa respondió: “Dios es tan pequeño que cabe dentro de mi corazón, y tan grande que no cabe en tu cabeza”.
Al hilo de esta ingeniosa respuesta que el otro día alguien compartió en mi muro, he recordado un pequeño relato no menos interesante sobre la misma cuestión y que a su vez hoy comparto con vosotros.
Es el siguiente:
“¿Papi, de qué tamaño es Dios?” Le pregunto un día un hijo a su padre
El padre, desconcertado por aquella pregunta, miró al cielo en busca de ayuda divina para encontrar una respuesta, y al ver un avión que pasaba, le respondió a su hijo con otra pregunta: “Hijo, ¿de qué tamaño ves aquel avión?”
El chico dijo: “Es muy pequeño, casi ni se alcanza a ver. Sólo se ve su estela…”
Entonces el padre lo llevó al aeropuerto, y al estar cerca de un avión le preguntó de nuevo: “Y ahora, de qué tamaño dices que es un avión?”
El chico le respondió con asombro: “¡Papá, es enorme!”
El papá le dijo entonces: “Pues así es Dios, el tamaño que tenga va a depender de la distancia que tú estés de Él. Cuanto más cerca estés de Él, más grande será su presencia en tu vida.”