Sagrario del Altar el nido de
tus más tiernos y regalados amores.
Amor me pides, Dios mío, y amor me das;
tu amor es amor de cielo, y el mío,
amor mezclado de tierra y cielo;
el tuyo es infinito y purísimo;
el mío, imperfecto y limitado.
Sea yo, Jesús mío, desde hoy,
todo para Ti, como Tú los eres para mi.
Que te ame yo siempre, como
te amaron los Apóstoles; y mis labios besen
tus benditos pies, como los besó
la Magdalena convertida.
Mira y escucha los extravíos de
mi corazón arrepentido, como escuchaste
a Zaqueo y a la Samaritana.
Déjame reclinar mi cabeza en
tu sagrado pecho como a tu discípulo
amado San Juan.
Deseo vivir contigo, porque
eres vida y amor.
Por sólo tus amores, Jesús,
mi bien amado, en Ti mi vida puse,
mi gloria y porvenir. Y ya que para el mundo
soy una flor marchita, no tengo más anhelo
que, amándote, morir.
Santa Teresita de Lisieux