El hombre encontrándose en Dios

lunes, 4 de agosto de
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El hombre no se conoce plenamente a sí mismo mientras está encerrado en su propio yo individual. Su identidad sale a la luz solamente cuando se confronta plenamente con lo “otro”. Somos creados para la libertad, para las opciones y las dedicaciones personales implícitas en la forma de amor más elevada. Descubrimos y desarrollamos nuestra libertad precisamente al tomar esas decisiones que nos sacan de nosotros para encontrarnos con los otros tal como realmente son. Pero somos incapaces del conocer y experimentar la realidad adecuadamente, a menos que veamos las cosas a la luz de Aquel que es Todo Ser, todo lo real. El Espíritu de Dios, penetrando e iluminando nuestro espíritu desde nosotros mismos, nos enseña los rumbos de una libertad que es el único acceso al contacto espiritual vital con quienes nos rodean. En este contacto, nos damos cuenta de nuestra autonomía, de nuestra identidad. Descubrimos quiénes somos realmente. Una vez hecho el descubrimiento, estamos preparados para el amor y el servicio a los demás.


Thomas Merton

 

Oleada Joven