Divertirse y ser felices no son lo mismo. La diversión pertenece al ámbito del hacer mientras que la felicidad tiene más que ver con lo que queremos ser, es un llamado. La primera es esfímera, la segunda es mucho más solida.
Para divertirnos el mundo nos propone muchas opciones. Lo llamativo es que cada vez más uno tiene que pagar para hacer cosas que nos diviertan. Es por eso que podemos encontrar muchas personas divertidas, pero no tan contentas. Cuanta gente triste que solo alcanza a divertirse.
Prestemos atención al siguiente tweet del Papa Francisco:
¡Si! El señor quiere que seamos felices, nos llama a ser felices. Hemos sido creado para ser felices. Nuestra vocación es la felicidad.
Él, el Señor nos da la verdadera alegría. ¡Vayamos a Él!