Hoy el evangelio según san Marcos 6,1-6: nos recuerda cuando Jesús predica en su pueblo y todo el que lo escuchaba se asombraba de la sabiduría mostrada pero la gente que lo conocía les resultaban escandalosas sus enseñanzas y todo esto porque era alguien de allí mismo, con quien habían crecido y que conocían muy bien.
Jesús les decía: «NO DESPRECIAN A UN PROFETA MÁS QUE EN SU TIERRA, ENTRE SUS PARIENTES Y EN SU CASA.»
REFLEXIÓN PERSONAL:
Cuántas veces se repite esta historia entre nosotros?… de alguna o de otra manera…
Y es que nos puede y nos ocurre de distintas maneras…
Cuántas veces en nuestra casa hemos dejado de contemplar la idea u opinión del más débil de nuestra familia?…
Cuántas veces hemos dicho… Porque lo digo yo!… Porque yo soy el papá (o la mamá)… y no hemos escuchado la sabiduría del hijo o la hija…
Cuántas veces las opiniones de nuestros compañeros de trabajo no son buenas porque no vienen de mí… que soy “el jefe”… o “la jefa”… “o gerente”…
Cuántos milagros dejamos de recibir por la falta de fe?…
Cuantas veces… con la humildad necesaria, podemos escuchar a otra persona y recibir la enseñanza que necesitamos?…
Qué les faltó a los conciudadanos de Jesús?… humildad?… fe?… confianza?… no se…
Lo que sí sé … es que dejaron de recibir milagros…
Cuando algo de esto ocurre en nuestra historia personal, Jesús… se extraña de la falta de fe y se va a otros lados …
En nuestras manos está la decisión de dejar entrar una enseñanza a nuestra vida o dejarla pasar…