(Castel Gandolfo, 28 de febrero del 2013) Gracias queridos amigos. Estoy feliz de estar con ustedes, rodeado de la belleza del Creador y de la simpatía suya que me hace mucho bien. ¡Gracias por su amistad, su afecto!.
Saben que este día es distinto a los anteriores: seré Sumo Pontífice de la iglesia católica hasta las ocho de la noche y no más. Seré simplemente un peregrino que inicia la última etapa de su peregrinaje en esta tierra. Pero quisiera aún con mi corazón, con mi amor, con mi oración, con mi reflexión, con todas mis fuerzas interiores, trabajar por el bien común de la iglesia y de la humanidad.
Y me siento muy apoyado por la simpatía de ustedes. Sigamos adelante con el Señor por el bien de la iglesia y del mundo. ¡Gracias!
Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Gracias. Buenas noches
Benedicto XVI
Nos unimos en oración a toda la iglesia: Que elijas Vos… la Iglesia está esperando