Testimonio

sábado, 1 de junio de
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 Adoración Eucarística Mundial Simultánea

 

 

Motivación inicial

 

Nos unimos a la Adoración Eucarística Mundial Simultánea teniendo presente las intenciones de oración que el papa Francisco ha dejado para este día:

 

Primera intención

Por la Iglesia, extendida en todo el mundo y hoy en señal de unidad reunida en la adoración de la Santísima Eucaristía. Que el Señor la haga cada vez más obediente a la escucha de su Palabra para presentarse ante el mundo siempre “más hermosa, sin mancha ni arruga, sino santa e inmaculada”. Que a través de su fiel anuncio, la Palabra que salva resuene aún como portadora de misericordia y haga que el amor se redoble para dar un sentido pleno al dolor y al sufrimiento, devolviendo alegría y serenidad”.

 

Segunda intención

Por aquellos que en los diversos lugares del mundo viven el sufrimiento de nuevas esclavitudes y son víctimas de la guerra, de la trata de personas, del narcotráfico y del trabajo “esclavo”; por los niños y las mujeres que padecen todas las formas de violencia. ¡Que su grito silencioso de ayuda encuentre a la Iglesia vigilante para que, teniendo la mirada puesta en Cristo crucificado no se olvide de tantos hermanos y hermanas dejados a merced de la violencia!

 

Por todos aquellos que, además, se encuentran en la precariedad económica, sobre todo los desempleados, los ancianos, los inmigrantes, los que carecen de hogar, los presos y cuantos experimentan la marginación. ¡Que la oración de la Iglesia y su cercanía activa les dé consuelo y ayuda en la esperanza y fuerza y audacia en la defensa de la dignidad de la persona!

 

* Exposición del Santísimo

 

 

PRIMERA PARTE

Jesús Verdad: Obedecer a la Palabra de Dios

 

Lectura del Evangelio (Lucas 10, 30-37)

 

Un doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: «¿Y quién es mi prójimo?». Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: «Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos bandidos, que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto. Casualmente bajaba por el mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo. También pasó por allí un levita: lo vio y siguió su camino. Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió. Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: “Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver”. ¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?». «El que tuvo compasión de él», le respondió el doctor. Y Jesús le dijo: «Ve, y procede tú de la misma manera».

 

 

SEGUNDA PARTE

Jesús Camino: Examen de la vida a la luz del Evangelio

 

El Papa nos llama a rezar por los pobres y a llevarles la Palabra de salvación. Como Paulinos, dejemos que toquen nuestro corazón todos los desdichados de hoy en relación a la comunicación social: quienes no tienen acceso a las nuevas tecnologías y lenguajes; los excluidos del continente digital; los que no tienen voz en los medios masivos; las víctimas de los monopolios, manipulación y coacción de los medios poderosos; de los humillados por la difamación y el acoso por Internet; los atrapados por la pornografía y juegos en red; por los dependientes de la telefonía celular; los esclavizados por las redes sociales… Por eso, hagamos el examen de conciencia de la mano del P. Alberione (Breves meditaciones, pp. 99-100).

 

  Más allá de las miserias corporales, el corazón sensible es tocado por las miserias morales. Llora con quien llora; se duele con los angustiados; comparte la humillación y el dolor de quien ha pecado. Con los débiles no tiene palabras duras, ni modos severos con los pecadores: para todos tiene palabras de aliento, indulgencia, esperanza. Él no acusa ni difama; sino que comprendiendo la humana fragilidad, cubre a los caídos con el manto del silencio, de la simpatía, de la bondad. Nunca la caída de un hermano es para él un triunfo; no pisotea a nadie; da la mano a los vacilantes. Se compadece y cura las heridas de la mente y del corazón.

  El corazón malo, al contrario, es insensible a los dolores de los demás, es más, no sabe verlos. Él pasa arrogante y duro, haciendo de cuenta que no ve, como el sacerdote hebreo en el camino de Jericó, mientras un herido gemía a la vera del camino. Los enfermos no lo conmueven; para aliviarles el dolor no sacrificaría ni un poco de su tiempo, ni de su dinero. Más bien se inclina a acusarlos atribuyendo a su enfermedad el desorden. Y aún es más insensible con los dolores morales: los denuncia cuando debería callarlos; cuando una reputación podría aún salvarse, agrava la situación con insinuaciones, siniestras interpretaciones. Parecería que tiene un placer diabólico aplastando a los caídos y a los calumniados. En vez de vendar las heridas, las envenena y las recrudece; si las desventuras de los demás sacuden su indiferencia, es sólo para hacerlo brutal: tiene un corazón malo.

  Examen. – Dos cuadros: ¿Cuál de los dos cuadros representa mi corazón?

  Propósito. – Haré mío el lamento de Jesús: «Tengo compasión de este pueblo» (Mt 15,32).

  Oración. – Jesús bendito, tú me has invitado a modelar nuestro corazón en el tuyo. Pero qué diferente es mi corazón de tu Corazón. Infunde en mí tus sentimientos de compasión y de bondad por todos los desdichados.

 

 

TERCERA PARTE

Jesús Vida: Oración por la comunicación social

 

Concluimos esta Visita Eucarística en unión con toda la Iglesia rezando por la comunicación social:

 

Señor, yo te ofrezco, en comunión con toda la Iglesia, a Jesús presente en la Eucaristía y a mí mismo como ofrenda permanente y agradable a ti.

 

– Para contrarrestar los mensajes erróneos y los comportamientos equivocados difundidos por los medios de comunicación.

 

–  Para obtener el regreso a la casa del Padre de aquellos que se han alejado de ella, seducidos por estos poderosos instrumentos.

 

– Por la conversión de quienes, en el uso de estos instrumentos, desconocen la enseñanza de Cristo y de la Iglesia, desviando a los hombres de la salvación.

 

– Para que todos sigamos al único Maestro que, en la plenitud de tu amor, enviaste a los hombres y nos lo presentaste, diciendo: “Este es mi Hijo, muy amado, escúchenlo”.

 

– Para que todos conozcamos y demos a conocer a Jesús, Palabra encarnada, el único y verdadero Maestro, el Camino seguro que nos lleva a conocer al Padre y a participar de su vida.

 

– Para que en la Iglesia, aumenten los sacerdotes, los consagrados y los laicos, que con los medios de comunicación, anuncien a los hombres el mensaje evangélico de la salvación.

 

– Para que los comunicadores, escritores, técnicos y divulgadores sean hombres evangélicos, expertos en su tarea, y auténticos testigos de Cristo en el campo de la comunicación social.

 

– Para que las iniciativas católicas, en este sector, aumenten en número y eficacia, de tal modo que, promoviendo los valores humanos y cristianos contrarresten cuanto se opone a la salvación del hombre.

 

– Para que nosotros, conscientes de nuestra ignorancia y falta de recursos nos acerquemos a la fuente de la vida con humilde confianza, y nos alimentemos con tu Palabra y con la Eucaristía.

 

Por todos los hombres, te pedimos, Padre, luz, amor y misericordia. Amén.

 

 

Bendición final con el Santísimo Sacramento.

 

Enzo German Bogado