El tema del aborto es complejo, produce discusiones y fuertes enfrentamientos ideológicos hasta hostiles en algunos casos.Ni el avance tecnológico en materia de salud, ha podido detener el genocidio de tantas vidas humana que supone el aborto. Si bien las ciencias de la vida como la biología y la embriología humana y la medicina, han hecho un aporte fundamental con sus investigaciones, estas no tienen la última palabra sobre la persona, ni el aborto, ni su valoración moral y social. los datos científicos contribuyeron a la formación de un pensamiento maduro y bien fundamentado, pero muchas veces se los han utilizado con fines utilitaristas.El tema de la borto es un debate ético- filosófico.
“Todas las puestas se cerraron, solo quedo la A” es una analogía de lo que expresa Luis González Moran, en la conclusión de su libro, cuando afirma: “Las mujeres que llaman a la puerta del aborto es que ha encontrado antes muchas puertas cerradas”. “Por aborto se entiende la irrupción del desarrollo embrionario antes de que el producto de la concepción haya alcanzado la viabilidad o la capacidad de poder vivir fuera del útero materno”[1]. Este es un concepto aceptado por los documentos eclesiales y la tradición de la Iglesia.
Dos distinciones a tener en cuenta
Para una mejor distinción de la clasificación de aborto se distingue:
Aborto espontaneo y el aborto provocado
Aborto espontaneo o natural: se entiende por la irrupción del desarrollo embrionario sin una intencionalidad de provocarlo.
citare solo dos metodos abotivos mas usados y los menos crueles:
La aspiración al vacío: es la técnica más usada, dado que es menos agresiva que el legrado. Se dilata el cuello del útero con un instrumental adecuado para esta función, en el cual pueda caber una cánula de tamaño relativamente pequeño (la más usada es la cánula de karman) va conectada a una fuente de vacío. La aspiración al vacío eléctrica utiliza una bomba de vacío eléctrica, se utiliza un aspirador plástico de 60 ml sostenido y activado con la mano (llamado jeringa). La fuerza de la succión despedaza el cuerpo del feto, así como la placenta, y absorbe el producto del embarazo.
La píldora del día después: es un método hormonal para evitar el embarazo con posterioridad a una relación sexual. Este fármaco contiene progestágeno en alta dosis, para que esta pastilla, llamada anticonceptiva de emergencia, consiga su efecto, tiene que ser ingerida por vía oral después de una relación sexual, con una segunda dosis a las doce horas de la primera, y no después de transcurridas las setenta y dos horas después del coito.
Produce tres posible efectos:
ü Efecto anovulatorio que inhibe ( previamente o retrasando) la ovulación.
ü Efecto barrera, al producir en el mucus del cuello uterino, dificultaría la migración ascendente de los espermatozoide hacia la trompa y obstaculiza también la movilidad del óvulo.
ü Efecto antiimplantatorio, acelera la maduración del endometrio uterino, dificulta la anidación del embrión en estado de blastocito.
Efectos secundarios: nauseas y vómitos, y en menor grado, los dolores de cabeza, vértigo y los dolores de pecho.
¿Cuándo comienza la vida humana, cuando se le adjudica el derecho de persona?
“En el debate actual se ha afirmado que el embrión o el feto son una parte del cuerpo de la madre”. Se parte del principio de libertad de la mujer. “Todo se trata de la “decisión”. Por eso el Estado, no puede interferir en la misma imponiendo normas basadas en creencias religiosas o convicciones metafísicas acerca del sentido de la vida o el valor de la vida humana a la mujer”. Pero se debe afirmar que esta postura es biológicamente falsa. El nuevo ser no forma parte del cuerpo de la madre porque biológicamente es distintos. Porque desde un principio comienza a dirigir su propio proceso de desarrollo. Si bien depende del organismo materno, es a la vez autónomo, ya que es él mismo que dirige su propio proceso de desarrollo. El origen de la vida de cada persona se corresponde con el momento en que surge el patrimonio genético individual y completamente nuevo. El genoma humano es el conjunto de información genética que existe tras la fecundación. Desde entonces es persona humana, “no se puede hablar de ser humano en potencia o de persona potencial”, porque el desarrollo embrionario nos demuestra en cada momento y etapa de su desarrollo que la vida humana es todo lo que tiene que ser. Es una nueva vida desde el principio, una realidad humana organizada y activa. “No es una persona potencial, sino una persona con potencial”. Fuimos, somos y seremos la misma identidad personal en las distintas etapas del desarrollo.
La Iglesia desde sus comienzos levanto su bandera en defensa de la vida y su rotunda postura contra el aborto, desde su tradición comenzando por la Didajé hasta los últimos documentos magisteriales. Tiene un valor especial la encíclica Evangelium vitae de Juan Pablo II sobre el carácter inviolable de la vida, afirmado que la vida del nuevo ser es sagrada desde el momento de su concepción hasta la muerte natural. Define al aborto como una eliminación deliberada y directa, como quiere que se realice. La vida es un bien, es más que una institución, es un dato de experiencia al que el hombre está llamado a comprender. El primer derecho fundamental es la vida, por lo tanto debe ser protegida y no pertenece a la sociedad ni a la autoridad pública reconocer este derecho.
La vida es un don de Dios, solo él es el dueño y nadie puede atentar ni eliminarla. La revelación del Nuevo testamento confirma este reconocimiento indiscutible del valor de la vida desde su comienzo, trasmitida por toda la tradición y enseñada por el Magisterio ordinario y universal (EV 57).
La vida sea cual sea su etapa debe ser respetada y defendida. Esta postura que si bien fue asumida por la Iglesia Católica, no es una cuestión de religión o de ideología, es simplemente una cuestión de humanidad. Defender la vida es un fundamento que constituye toda legitimidad democrática. El aborto es un problema social, porque afecta el orden y la convivencia social. Si bien las posturas abortistas sea cual fuere, tienen una mirada reduccionista e individualista, contrarias a la misma convicción de que el hombre es un ser social. Por lo tanto el Estado debe legislar para todos los ciudadanos buscando el bien común. La democracia como expresión de la libertad de los ciudadanos, nos da la plena libertad de ejercer nuestros derechos y obligaciones. Y somos más democráticos cuando defendemos la vida, nuestra vida y las que vendrán.
No debemos ser cultivadores de la cultura de la muerte, haciendo discriminación por una vida que pueda traer anomalías desde el feto o por la condición social y psicológica de la madre, la familia. El derecho a la vida no tiene status social.
La vida es un don de Dios, el nos la dio y está escrita en nuestros corazones, por lo tanto “la lucha por la vida nos compromete a todos porque es la raíz y el cimiento de la existencia”. Por esta razón “proteger la vida no nacida significa la afirmación del valor humano aun en la condiciones más débiles y discutibles”. Todas las puestas se cerraron por eso la ultima instancia es el aborto… Debemos preguntarnos como cristianos si estamos dispuestos a abrir de nuevo las puertas para que la puerta del aborto no sea la única abierta. Dios los bendiga.
Javier Gafo. Bioética teológica. Ed. a cargo de Julio L. Martinez. 3ª edición. Madrid. 2003.
Luis González Morán. Aborto, un reto social y moral. Universidad de Comillas. Ed. San Pablo. 2009.