Evangelio según San Lucas 4,1-13 Oleada Joven

lunes, 11 de febrero de
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"Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días. No comió nada durante esos días, y al cabo de ellos tuvo hambre. El demonio le dijo entonces: "Si tú eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan". Pero Jesús le respondió: "Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan". Luego el demonio lo llevó a un lugar más alto, le mostró en un instante todos los reinos de la tierra y le dijo: "Te daré todo este poder y el esplendor de estos reinos, porque me han sido entregados, y yo los doy a quien quiero. Si tú te postras delante de mí, todo eso te pertenecerá". Pero Jesús le respondió: "Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto". Después el demonio lo condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: "Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: El dará órdenes a sus ángeles para que ellos te cuiden. Y también: Ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra". Pero Jesús le respondió: "Está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios". Una vez agotadas todas las formas de tentación, el demonio se alejó de él, hasta el momento oportuno."

 

Palabra de Dios

 

 


 

 

Reflexión: Monseñor Eduardo Martín




Queridos amigos, estamos comenzando este tiempo fuerte de la liturgia, este tiempo fuerte de nuestro caminar cristiano, que denominamos la cuaresma: 40 días; nos recuerda los 40 años del desierto del pueblo de Israel desde que salió de Egipto hasta que llego a la tierra prometida y los 40 días que Jesús pasó en el desierto, en oración, llevado por el Espíritu Santo y donde allí fue tentado por el demonio. Jesús vence al tentador, el tentador quiere apartarlo del camino que el padre le ha asignado, que es el del servicio, el del anonadamiento, el de la cruz. Y el tentador quiere apartarlo de ese camino para que Él manifieste ese poderío que tiene y que de algún modo ah ocultado al hacerse hombre y entonces lo tienta con el poder, lo tienta con el querer los bienes materiales, lo tienta con todo aquello que lo aparta justamente de la cruz.



Jesús vence al mal, Jesús es el fuerte, Jesús es el que está con nosotros y que también está hoy en nuestro camino cuaresmal.

Queridos amigos, la cuaresma es este tiempo propicio, este tiempo de salvación, para sumergirnos en la muerte de Cristo y renacer a la Vida nueva. Cuaresma tiene un carácter sacramental, ¿qué quiere decir esto?, quiere decir que si nosotros obedecemos con docilidad a las indicaciones pedagógicas que la Iglesia en este tiempo nos marca, como son la intensificación de la oración, del ayuno y de las obras de caridad, de la limosna. Esta práctica tiene un carácter sacramental, es decir, son como el instrumento, como la materia de un sacramento, que si nosotros nos ponemos en ellas, se produce un efecto mucho más grande del que nosotros podríamos realizar por una ocurrencia nuestra, por una buena intención nuestra, un buen propósito nuestro.





Obedecer a la iglesia y seguir las indicaciones de la cuaresma, tiene una eficacia como los sacramentos, mucho más fuerte y grande de lo que nosotros podemos realizar por nuestras propias fuerzas. Por eso los animo, los invito y me invito a mí, a que este tiempo lo aprovechemos, tiempo propicio, tiempo favorable, tiempo de la misericordia, tiempo de la salvación, para que purificándonos del pecado, para que combatiendo con Cristo, porque Él está con nosotros, al espíritu del mal, salgamos purificados, renovados, gozosos y celebremos la pascua de resurrección con los panes ácimos, con los panes de la sinceridad y la verdad.

Hasta el próximo domingo, si Dios quiere.






 

Oleada Joven