Evangelio según San Juan 11,45-56

jueves, 21 de marzo de
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"Al ver lo que hizo Jesús, muchos de los judíos que habían ido a casa de María creyeron en él. Pero otros fueron a ver a los fariseos y les contaron lo que Jesús había hecho. Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron un Consejo y dijeron: "¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchos signos. Si lo dejamos seguir así, todos creerán en él, y los romanos vendrán y destruirán nuestro Lugar santo y nuestra nación". Uno de ellos, llamado Caifás, que era Sumo Sacerdote ese año, les dijo: "Ustedes no comprenden nada. ¿No les parece preferible que un solo hombre muera por el pueblo y no que perezca la nación entera?". No dijo eso por sí mismo, sino que profetizó como Sumo Sacerdote que Jesús iba a morir por la nación, y no solamente por la nación, sino también para congregar en la unidad a los hijos de Dios que estaban dispersos. A partir de ese día, resolvieron que debían matar a Jesús. Por eso él no se mostraba más en público entre los judíos, sino que fue a una región próxima al desierto, a una ciudad llamada Efraím, y allí permaneció con sus discípulos. Como se acercaba la Pascua de los judíos, mucha gente de la región había subido a Jerusalén para purificarse. Buscaban a Jesús y se decían unos a otros en el Templo: "¿Qué les parece, vendrá a la fiesta o no?".

 

Palabra de Dios

 


 

Reflexión: P. Fernando Goicochea Sacerdote Salesiano de Don Bosco

 

 En este evangelio se dicen palabras muy fuertes que nos ponen frente la misión de Jesús: “Jesús iba a morir por la nación y no solamente por la nación sino también para congregar en la unidad a los hijos de Dios de estaban dispersos”. Este congregar en la unidad a los hijos de Dios que andaban dispersos como ovejas descarriadas es el deseo de Dios, formar una familia humana una gran fraternidad, como dijo el S.S Francisco cuando asumió como papa; este es el sueño de Dios, una gran familia. Y pensemos como todos tenemos algo que hacer para que esta gran familia se dé; porque no va a caer del cielo, tenemos que construirla entre todos.

 

En este evangelio hemos notado estas malas intenciones que tenían en base a los intereses; “que hacemos” decían los fariseos "este hace muchos signos van a creer en él y van destruir nuestra nación." O sea, estaban pensando en sus intereses; si nosotros aprendemos a dejar un poco de lo nuestro, ojalá todo lo nuestro, para que Dios construya sus proyectos con nosotros y a través nuestro, la humanidad puede construirse según el sueño de Dios. Y no hay cosa más grande, más bella que está.

 

El papa nos ha sorprendido con este pedido que hizo a los argentinos, que para este inicio de su pontificado en vez de viajar hacía allá continúen con esa cercanía espiritual acompañando con algún gesto de caridad hacía los más necesitados, los más pobres; al haberle pedido a la gente que no viajase allá sorprendió, porque uno podría decir que cosa linda para el papa que lo acompañen en ese momento; sin embargo él en su corazón tiene a los pobres y nos está invitando a todos los miembros de la Iglesia que pongamos en nuestro corazón a los pobres; porque si ponemos a los pobres en el centro de nuestro corazón estamos poniendo a Cristo mismo; la presencia real de Jesús, no menos real que la presencia eucarística, porque Jesús dice “ tuve hambre, me dieron de comer, tuve sed, me dieron de beber”; él está allí.

 

Te cuento por último una experiencia que tuve hoy; había una señora ciega que buscaba la calle y le pregunta a otra persona -¿falta poco? Y le responde –Si faltan unos 20 metros – esta persona venía caminando en sentido contrario, entonces yo como venía en el mismo sentido a esta ciega la tome de la mano y la acompañe hasta la calle y después me dice -¿me ayuda a cruzar? entonces cruzamos la calle y después de esto me dice – ¿me acompañaría 50mts más? – y le dije – si vamos- ; y cuando termine de hacer este gesto lindo, que me deja muy contento, viene un señor y me dice -que lindo gesto que has hecho, esto es extraordinario porque poca gente lo hace- y yo le dije –mira en realidad creo que la mayoría de la gente hace gestos muy buenos; a veces nos creemos de que lo que dicen la mayoría de los medios, de que todos se matan, se roban, pero la mayor parte de la gente cría sus hijos, trabaja se esfuerza por ser bueno.

 

Entonces cuando tenemos está oportunidad de hacer algo bueno, pensar que es uno, es la acción de Dios que hace que este sumo sacerdote por ejemplo halla profetizado, como dice el texto, “no dijo eso por sí mismo” dice San Juan sino que profetizó uno de los carismas más importantes por la acción de Dios.
Dejémoslo obrar a Dios en nuestro corazón, dejemos que él nos inunde de este amor a los pobres que el papa Francisco está ayudándonos a tomar conciencia que deben ser de corazón de nuestra querida Iglesia y de la humanidad entera.

 

 

Oleada Joven