Evangelio segun San Lucas 1, 26-38

lunes, 8 de abril de
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En el sexto mes, el Angel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo".
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Angel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin". María dijo al Angel: "¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?".
El Angel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios". María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho". Y el Angel se alejó.

 

Palabra de Dios

 

 



Monseñor Baldomero Martini Obispo de la Diócesis de San Justo

 

Desde hace muchos siglos, los cristianos celebramos la fiesta de la anunciación, recordando el momento en el que el ángel le pregunta a María, una joven, si acepta ser la madre del Señor, con el Sí de María, comienza la insistencia histórica de Jesucristo, quien empieza así a vivir, en el vientre de esta joven mujer de Nazaret.

Desde entonces podemos decir que Dios ha tomado partido por el hombre, por su vida, asumiendo el mismo todas las vicisitudes de la insistencia humana, Dios ama la vida de tal modo que se hizo uno de los nuestros, creciendo en el vientre de una mujer, naciendo de ella, viviendo y muriendo como todos nosotros.

Desde su nacimiento la iglesia de Cristo, a la que con alegría pertenecemos, entiende su misión en el mundo, como una celebración, un anuncio y un servicio a la Vida con mayúscula. A lo largo de sus dos mil años de existencia promovió una cultura de la vida, lo hizo a través de la obra de ayuda a los más necesitados, la educación de niños y jóvenes, el acompañamiento a los novios, a los matrimonios, la atención brindada a los ancianos, a los leprosos, a los enfermos del sida, el interés por cuidar a los enfermos de todas las clases y de asistir a quienes se están muriendo y muchas otras iniciativas orientadas a cuidar y a promover la vida , por eso en continuidad con las enseñanzas de Jesús sostenemos el valor de toda vida humana , pero nos sentimos especialmente llamados a cuidar y a promover la vida frágil expuesta o en riesgo, por eso nos preocupa especialmente una de las etapas de mayor fragilidad, la del comienzo de la vida, frente a una mentalidad que disminuye la gravedad moral y jurídica del aborto.

Te invito a ser un anunciador del evangelio de la vida, que esta en el centro del corazón del evangelio de Jesucristo y te dejo estas tres palabras del evangelio de hoy, que el ángel de parte de Dios le dice a María en primer lugar: Alégrate, en segundo lugar No tengas miedo y en tercer lugar no hay nada imposible para Dios.

Dios se hace hombre, para que nosotros seamos hijos de Dios, esta es nuestra gran dignidad, por eso tenemos que ser realmente defensores de la vida , no solo por ser cristianos , sino por ser humanos.

Que la vida desde el momento mismo de la fecundación y de la concepción, hasta la muerte natural sea nuestra pasión y también tengamos en cuenta que la vida hoy corre peligros en todas las etapas dela existencia humana.

Los bendigo muy de corazón y en el corazón de la virgen En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu santo. Amén.

 

 

Oleada Joven