Evangelio según San Juan 3,7b-15

lunes, 8 de abril de
image_pdfimage_print

 

"No te extrañes de que te haya dicho: “Necesitan nacer de nuevo desde arriba”.El viento sopla donde quiere, y tú oyes su silbido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Lo mismo le sucede al que ha nacido del Espíritu.» Nicodemo volvió a preguntarle: «¿Cómo puede ser eso?»Respondió Jesús: «Tú eres maestro en Israel, y ¿no sabes estas cosas? En verdad te digo que nosotros hablamos de lo que sabemos, y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio.Si ustedes no creen cuando les hablo de cosas de la tierra, ¿cómo van a creer si les hablo de cosas del Cielo? Sin embargo, nadie ha subido al Cielo sino sólo el que ha bajado del Cielo, el Hijo del Hombre.Recuerden la serpiente que Moisés hizo levantar en el desierto: así también tiene que ser levantado el Hijo del Hombre,y entonces todo el que crea en él tendrá por él vida eterna."

 

Palabra de Dios

 


 

Padre Maximiliano Turri Asesor Pastoral Juvenil de la Diócesis de Chascomús

 Nicodemo tiene miedo y por eso su corazón esta como el momento del día donde va a buscar a Jesús. Nicodemo necesita “pasar” por la experiencia de la tumba, de la muerte. Cuando Jesús le dice: “el que no renace de lo alto no puede ver el Reino de Dios” le está mostrando que es necesario volver a empezar desde Dios mismo la vida que poseía. La invitación a vivir la Pascua. El paso de Dios por la vida oscura y confusa de Nicodemo le permite vivir de una manera totalmente nueva. Una vida en Dios que lo abre a nuevos horizontes, a nuevas perspectivas, a la Vida del Reino.



Así nos dice a nosotros: “ustedes tienen que renacer de la alto”. Vivir en la Vida que Dios nos alcanzó con su Resurrección. Vivir y “beber” de esta Vida es dejarse trasformar por Dios que, desde el Bautismo que recibimos, quiere compartir con cada uno su presencia. Nacer en la Vida de Dios. Volver a comenzar, empezar de nuevo. Dejarse trasformar. Dejarlo a Dios que me “haga otra vez”.
¿A cuantas situaciones, historias y heridas le pediríamos a Jesucristo que nos “haga de nuevo”? ¿Cuánto hay en mi vida que necesita empezar otra vez? ¿Cuántas situaciones de mi vida son “de noche”, como iba Nicodemo?



¡Felices los que se refugian en ti, Señor! dice el Salmo 2 que hoy se proclama en la Misa. Felices si sabemos encontrar en Él, solamente en Él, la fuerza que necesitamos cada día para empezar de nuevo. Para recomenzar de donde estamos, para enfrentar eso que hoy te hace “estar de noche”. Miremos al Resucitado, pongamos los miedos e incertidumbres en sus manos. Confiemos en Él, dejemos que Él nos trasforme y con Él podamos vivir la Vida que Su Pascua nos alcanzó.

¡Hermoso martes para vos!

 

 

 

 

Oleada Joven