Evangelio según San Juan 6,1-15

miércoles, 10 de abril de
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"Después Jesús pasó a la otra orilla del lago de Galilea, cerca de Tiberíades.Le seguía un enorme gentío a causa de las señales milagrosas que le veían hacer en los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó allí con sus discípulos.Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos.Jesús, pues, levantó los ojos y, al ver el numeroso gentío que acudía a él, dijo a Felipe: «¿Dónde iremos a comprar pan para que coma esa gente?»Se lo preguntaba para ponerlo a prueba, pues él sabía bien lo que iba a hacer. Felipe le respondió: «Doscientas monedas de plata no alcanzarían para dar a cada uno un pedazo.» Otro discípulo, Andrés, hermano de Simón Pedro, dijo: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es esto para tanta gente?» Jesús les dijo: «Hagan que se siente la gente.» Había mucho pasto en aquel lugar, y se sentaron los hombres en número de unos cinco mil. En tonces Jesús tomó los panes, dio las gracias y los repartió entre los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, y todos recibieron cuanto quisieron. Cuando quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: «Recojan los pedazos que han sobrado para que no se pierda nada.» Los recogieron y llenaron doce canastos con los pe da zos que no se habían comido: eran las sobras de los cinco panes de cebada. Al ver la señal que Jesús había hecho, los hombres decían: «Este es sin duda el Profeta que había de venir al mundo.» Jesús se dio cuenta de que iban a tomarlo por la fuerza para proclamarlo rey, y nuevamente huyó al monte él solo."


Palabra de Dios

 

 


 

Reflexión: P. Guillermo Feldman Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Quilmes


La liturgia hoy nos invita a reflexionar sobre este texto del Evangelio de Juan que nos narra unos de los grandes signos obrados por Jesús: “La multiplicación de los panes”.
Particularmente creo que este milagro debió ser algo grande, ya que es el único que se encuentra narrado en los cuatro evangelios.
Es increíble y maravilloso poder advertir cómo a Jesús no se le escapa ningún detalle cuando se trata de ayudar al hombre y dar respuesta a sus necesidades. No sólo en lo espiritual sino también en lo material.


Dice la Palabra de Dios que después de realizar muchos signos y que cada vez lo seguía más gente; ahora Jesús quiso darles de comer, eran 5.000 personas; y para poder llevar adelante semejante tarea, necesito de corazones y manos disponibles para poder dar.
Así ocurrió, de la mano de Andrés, se presentó a un muchacho que tenía cinco panes y dos pescados, como dice la Palabra: “que es esto para tanta cantidad de gente” … Un problema para el hombre, pero no para Jesús.


Cuando Jesús advierte que los corazones están disponibles a dar lo “poco” que se tiene, ese “poco” le basta para poder actuar con todo su poder.


Porque para Jesús “poco” es a veces “mucho”, así también lo dice con respecto a nuestra fe: “si tuviéramos fe con un grano de mostaza seríamos capaces de trasladar montañas”.
Lo mismo ocurrió con el Evangelio, de cinco panes y dos pecados, Jesús fue capaz de dar de comer a una multitud: PORQUE PARA DIOS NADA ES IMPOSIBLE.


Pensaba que buen mensaje nos da el Evangelio hoy: “De nuestra disponibilidad, de nuestra nada, Jesús puede hacer grandes cosas, así nos lo dice el Salmo 125: “Grandes cosas hizo el Señor y nosotros estamos rebosantes de alegría”.


Que importante es recordar en nuestra vida que siempre debemos buscar primero el Reino de Dios y su perfecta justicia, porque en fe sabemos que todo lo demás se dará por añadidura. Reconociendo que esa añadidura será para conseguir lo que nos falta, para realizar plenamente nuestros sueños y proyectos.
Que a través de este Evangelio puedas cuestionarte que casas hoy como joven estarás dispuesto a dar para que Jesús siga obrando en medio de nosotros.
Que tengas un feliz día, lleno de la presencia del Señor. Amén

 

 

 

Oleada Joven