Evangelio según San Juan 15,9-17

lunes, 13 de mayo de
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"Como el Padre me amó, así también los he amado yo: permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo he cumplido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho todas estas cosas para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea completa. Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos, y son ustedes mis amigos si cumplen lo que les mando. Ya no les llamo servidores, porque un servidor no sabe lo que hace su patrón. Los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que aprendí de mi Padre. Ustedes no me eligieron a mí; he sido yo quien los eligió a ustedes y los preparé para que vayan y den fruto, y ese fruto permanezca. Así es como el Padre les concederá todo lo que le pidan en mi Nombre. Amense los unos a los otros: esto es lo que les mando."

 

Palabra de Dios

 

 


Reflexión: Monseñor Carlos Fernando Maletti


Queridos jóvenes, acabamos de leer el Evangelio de San Juan, hoy justo que celebramos la fiesta de San Matías Apóstol.


Tres cosas fundamentales : que la gloria del Padre es que demos mucho fruto, que permanezcamos en su amor y que si guardamos los mandamientos haciendo y viviendo como Dios quiere permaneceremos en ese amor, y nos deja de regalo este gran mandamiento: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado”.

En numerosos pasajes de la Sagrada Escritura se nos habla del amor de Dios por nosotros y de esto quiero compartirles en estos breves minutos, mis queridos.No basta que nos digamos una o dos veces que Dios nos ama, Él lo dice y lo repite muchas veces y en muchos pasajes nos asegura que aunque una madre se olvidara del hijo de sus entrañas, Él jamás nos olvidará, porque como dice el profeta Isaías lleva escrito en la palma de su mano para tenernos siempre a la vista, que quien nos toca, toca a la niña de sus ojos.

Fue el Señor quien nos enseñó en toda su hondura el amor que Dios tiene a los hombres. El Espíritu Santo nos exhorta en estos días que caminamos hacia Pentecostés a poner nuestra confianza en Dios con absoluto abandono. “Encomienda a Yavhé tus caminos y todos tus asuntos, confía en ÉL y el obrará, dice el Salmo 36.


El amor de Dios a los hombres es muy superior a cualquier idea que podamos forjarnos, por eso, queridos chicos y chicas, seamos concientes del amor que Dios nos tiene, Él nos ama con amor personal e individual a cada uno en particular. Jamás ha cesado de amarnos, de ayudarnos, protejernos, de comunicarse con nosotros ni siquiera en los momentos de mayor ingratitud por nuestra parte o cuando cometimos los pecados más graves.


Quizás en éstas tristes circunstancias ha sido cuantas más atenciones hemos recibido de Dios, cuando estábamos en el barro de la equivocación, por que nos sambullimos en las adicciones, porque nos encerramos en nosotros mismos, porque a veces nos encontramos vagabundeando buscando la felicidad en lugares donde no la vamos a encontrar ahí, es cuanto más Dios nos hace caricias y se nos muestra cercano, como nos muestra en las parábolas que quiso expresarse de modo especial esa misericordia de Dios, la oveja perdida, la única que fue llevada sobre hombros, la fiesta del padre de familia que es para el hijo que dilapidó la herencia pero que supo volver arrepentido, la moneda perdida y después encontrada dió aquella mujer más alegría que todas las demás,


A lo largo de nuestras vidas, queridos jóvenes, su atención y su amor son constantes. Dios nos tiene presentes en todas las circunstancias y en todos los sucesos que hemos de pasar , hemos pasado o estamos pasando. Siempre está junto a nosotros: “Yo estaré con ustedes siempre hasta la consumación del mundo”, hasta el ultimo momento de nuestra vida, nos dice en el Evangelio de San Mateo cap 28. Por eso como muestra de amor nos dejó los sacramentos, seguramente muchos de ustedes en estos dias van a recibir el sacramento de la Confirmación que va a hacerlos precisamente testigos de Cristo además de esa identidad que tenemos por el Bautismo de ser hijos y miembros del Pueblo de Dios en marcha que es la Iglesia.

Que la interseción de San Matías Apóstol que fue elegido para seguir al Señor hasta dar la vida les de a ustedes ese coraje, que para muchas cosas lo tienen, también lo tengan cada vez más para vivir plenamente en el amor, en la verdad y en la fidelidad.


¡Que Dios los bendiga!

 

Oleada Joven