Evangelio según San Mateo 5,38-42.

lunes, 17 de junio de
image_pdfimage_print

Ustedes han oído que se dijo: «Ojo por ojo y diente por diente.» Pero yo les digo: No resistan al malvado. Antes bien, si alguien te golpea en la mejilla derecha, ofrécele también la otra. Si alguien te hace un pleito por la camisa, entrégale también el manto.Si alguien te obliga a llevarle la carga, llévasela el doble más lejos.  Da al que te pida, y al que espera de ti algo prestado, no le vuelvas la espalda.

 

Palabra de Dios

 

 


 

P. Maximiliano Turri Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Chascomús

 

El evangelio que la iglesia nos ofrece hoy tiene un paralelo, es decir se lo puede comparar, con una parte del evangelio de San Lucas. En San Lucas dice que hay que “tratar a los demás como quisiéramos que los demás nos traten a nosotros (San Lucas 6, 31) Volviendo al evangelio de San Mateo, que es el que nos toca hoy, Jesús va finalizando un largo discurso donde confronta la ley de los Judíos con la nueva noticia del Reino que comienza con la presencia de Dios entre nosotros.


La revolución verdadera, la que realmente transforma la sociedad y la que modifica las estructuras, es la revolución que comienza desde cada uno. Nada que se modifique externamente es real si no se cambia desde adentro. Así se refería el Papa Pablo VI, allá por la década del 60: "Lo que importa es evangelizar, no como barniz superficial sino de manera vital, la cultura y las culturas del hombre" (documento “El anuncio del evangelio” –Evangelii Nuntiandi, n° 20)


A todo esto podemos decir, que la verdadera trasformación que los cristianos somos llamados a vivir desde que tenemos la experiencia del encuentro con Jesús; es la de modificar el entorno con nuevas maneras de conducirnos con los demás. “Da al que te pide”, “presenta la otra mejilla”, “dejarle el manto al que te pide todo”, “caminar más de lo que te pidan” no son reglas que se cumplan solamente como una práctica externa de la religión. Son conductas que han sido asumidas por alguien que está convencido de hacerlas.


Ésta es la revolución verdadera, no superficial como el barniz, que modifica la vida de los hombres y nos permite manejarnos de manera totalmente distinta. Es la presencia del Reino de Dios entre nosotros. Es la posibilidad de que seamos confiables y que los que no creen en Dios se pregunten sobre su existencia. Porque somos capaces de ser diferentes. No por perfectos, sino por ser capaces de actuar distinto. No ya bajo la ley de la venganza, sino bajo la ley nueva que libera y que renueva toda la sociedad; la ley que nos invita a “no hacer frente al que les hace mal”.


¿Es esto fácil? ¡Para nada! ¿Es esto posible? Si, porque lo seguimos a Él y Él si lo vivió. Y nos da la fuerza para vivirlo. Lo peligroso es que se nos ha metido la duda de que por ser buenos somos vulnerables y que no sirve para nada comportarse así.


Estamos en el “año de la fe”; es una buena manera para sentirnos creyentes si somos capaces de actuar según nos invita el evangelio de hoy. No tengamos miedo de responderle que sí, que queremos seguirlo…


¡Que tengas un hermoso día!

 

 

 

Oleada Joven