Evangelio según San Lucas 7,11-17

martes, 17 de septiembre de
image_pdfimage_print

En seguida, Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud.Justamente cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda, y mucha gente del lugar la acompañaba.Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: “No llores”.Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron y Jesús dijo: “Joven, yo te lo ordeno, levántate”.El muerto se incorporó y empezó a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre.Todos quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo: “Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo”.El rumor de lo que Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda la región vecina.


Palabra de Dios


Monseñor Fernando Maletti Obispo de la Diócesis de Merlo – Moreno



 

Oleada Joven