Evangelio según San Lucas 11,27-28

viernes, 11 de octubre de
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Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: “¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!”.Jesús le respondió: “Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican”.


Palabra de Dios





Reflexión: P. Fernando Goicochea Sacerdote Salesiano de Don Bosco


Es un Evangelio muy breve, hay una mujer que esta como extasiada escuchándole a Jesús viendo como se va transformando la realidad cuando Èl pasa, los ciegos ven, los sordos oyen, la misericordia de Dios se derrama en medio del pueblo. Èl habla humildemente, simplemente pero todo el mundo le entiende y se dan cuenta que habla como quien tiene autoridad y no como los escribas, y tantas cosas que sabemos que Jesús fue provocando en medio del pueblo, tanto que se iban sumando  y por ahí eran masas de gente que lo seguía. Sabemos de esa vez que eran 5000 sin contar mujeres y niños, o sea que habrían sido como 20.000.


Bueno esta mujer, entonces, dice esta expresión de bienaventuranza hacia la Virgen, “Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron”, diciendo, que lindo haber sido tu mamá, que honra para esta mujer que es tu madre, capaz que la conocía o capaz que no. Jesús corrige un poco esto, sin negarlo, dice “Felices más bien los que escuchan la palabra de Dios y la practican”.


A Jesús le interesa sobre todo lo que hay en el corazón del hombre, es del corazón del hombre de donde salen las buenas y las malas acciones nos va a decir en alguna parte del Evangelio. No importa lo que comas porque lo que se come va al vientre y se elimina en lugares retirados, dice El, en cambio, sí importa que es lo que hay en el corazón , en el Evangelio de Juan, dice “el Espíritu es el que da vida, la carne no aprovecha para nada”, y también sabemos que Jesús a Pedro le dice en algún momento , en el cual, Pedro movido por el Espíritu Santo dice “Tu eres el mesías el hijo de Dios vivo” y Jesús le dice, “Feliz de ti Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló ni la carne ni la sangre sino mi Padre que esta en el cielo”.


Jesús alaba cuando el hombre se deja llevar no por  las cosas meramente humanas sino mucho más hondamente por el Espíritu de Dios, por lo que Dios hace, en otra parte Jesús dice que algunos le van a decir en el último día “hemos comido y bebido contigo, tu enseñaste en nuestras plazas” y que el les va a decir “no los conozco, apártense de mí todos los que hacen el mal” que claro que es Jesús. No se trata de, porque estemos en un grupo de la Iglesia o  porque vayamos a la misa todos los domingos o , incluso, porque alguien haya sido su propia madre que es grande,esto dicho asì parecería una herejía, en realidad es grande si haciendo todo esto esta en un grupo ,va a misa todos los domingos o, más aun, es la madre de Él pero lo hace desde un espíritu nuevo movido por la Palabra de Dios con la obediencia plena a esta voluntad del Padre.


De esto se trata, el hombre nuevo, la mujer nueva, que Jesús nos invita a vivir después del bautismo, no es algo que viene de la carne y de la sangre, no es algo que viene de estar en determinados lugares, lo que realmente le importa a Jesús no es que estemos en el grupito con El, sino que realmente vivamos con un Espíritu totalmente dócil a su Palabra.


 Ojalá que este día sábado dedicado a la Virgen María, la que no solamente lo llevó en su seno a Jesús fue la madre biológica, sino sobre todo engendró en su alma al Salvador porque fue obediente a la Palabra, y enseguida dijo “Hágase” ante la propuesta del ángel.
Que ella nos lleve a nosotros a ser cada vez más dóciles a este Espíritu de Jesús.



 

Oleada Joven