Evangelio según San Lucas 10,21-24

martes, 3 de diciembre de
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En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido.

Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”.

Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: “¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven!¡Les aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron!”.


Palabra de Dios



 


Monseñor Fernando Maletti Obispo de la Diócesis de  Merlo – Moreno


 

Queridos jóvenes, queridos hermanos y hermanas hemos comenzado el tiempo del adviento, este tiempo de preparación a la noche buena y la navidad.


 

Hoy con toda la iglesia, celebramos a San Francisco Javier, la liturgia nos regala el evangelio de San Lucas, capítulos 10, versículos del 21 al 24.


 

Allí Jesús nos dice que, Él alaba al padre, porque gracias a Él, se han ocultado las cosas de Dios, las cosas grandes, a los sabios y poderosos es decir, a los que tienen un corazón duro y revelado a los pequeños, a los que tienen un corazón abierto, este texto del evangelio nos regala todo aquello que significa volver a retomar y recordar la gracia del bautismo, y que lindo también decirlo, en la fiesta de este Santo, que es uno de los patronos de las misiones y que bautizo a tanta y a tanta gente en el Asia.


 

Bien sabemos que por el bautismo somos hijos de Dios, y miembros del pueblo de Dios en marcha que es la iglesia, y que gracias al bautismo hemos entrado en la atmosfera de Dios diríamos, ese sello indeleble que produce el sacramento que nos da la vida, nos regala a través del agua, también a través del oleo y de la luz, eso que llamamos “la Vida nueva”


 

Ustedes queridos muchachos y chicas están llamados a revivir la vida en Dios, por un lado a que la gran adicción de sus horizontes sea seguir e imitar a Jesús como lo hizo San Francisco Javier y poder descubrir que, si somos pequeños es decir, si no nos agrandamos con aquellas cosas que nos pueden atraer un poquito, pero que después nos frustran, que después nos hacen estar tristes, estar deprimidos, estar sin ganas de hacer nada, poder levantarnos desde la Gracia de Dios para que, tomando conciencia de que, las cosas pequeñas de cada día en fidelidad cotidiana vamos a encontrar la alegría, la felicidad, la paz, el poder llevarnos bien con los demás. Por eso en estos días especiales en que vamos caminando hacia el encuentro de Dios que llega al hombre en Belén, entendamos, el mensaje de la palabra de Dios de este día.


 

El mensaje que nos hace recordar que, por el bautismo estamos llamados a vivir una vida nueva, que nos haga a todos descubrir que si Dios está con nosotros, quien contra nosotros.


 

Que Dios los bendiga y que en este día, el buen Señor los siga acompañando a todos y cada uno de ustedes. 

 

 

 

Oleada Joven