En mi corazón se ha encendido, Señor, el amor
hacia una persona que vos también conocés y amás. Vos mismo me la hiciste encontrar y me la presentaste.
Te doy gracias por este don que me llena de una alegría profunda, me hace parecido a vos, que sos el Amor, y me hace comprender el valor de la vida que vos me regalaste.
Hacé que no malogre esta inmensa riqueza que vos pusiste en mi corazón: enseñame que el amor es darse y que no puede mezclarse con egoísmo, que el amor es puro y no puede coexistir con ningún bajeza, que el amor es fecundo y ya, en adelante, tiene que producir nueva vida en mí y en quien me ha elegido.
Te pido, Señor, por quien me espera y piensa en mí, por quien ha puesto en mí su futuro, abrazando mi presente. Te pido por quien va a mi lado, a la par, con sus maneras, a tiempo y destiempo, mientras nos vas madurando el corazón.
Hacenos dignos el uno del otro; que seamos ayuda y ejemplo mutuo. Y que siempre podamos experimentar que la presencia del otro será siempre reflejo de Tu presencia en mi vida.
Amén