Tuve que ponerle nombre a cada uno de ellos, aunque sé que ya los conoces, pero así recuerdo que no les pertenezco.
Aquí van los miedos, esos que me quitan el sueño y los sueños, esos que me distraen de lo verdadero y hacen temblar lo amado.
Enrollan mi esperanza y encajonan lo aprendido, hasta los puños se vuelven apretados y la tristeza golpea mi puerta.
¡Aquí están, estos son!
Los que intentan acallarte diciéndome que no estás, los que interrumpen la paz, los que cancelan mi gozo, los que asustan una y otra vez alambrando el horizonte.
Acampa en mi historia presente de cada día, necesito recostar sobre Tu regazo los latidos de mi corazón encontrado que Te busca.
Amén
Luz Hurie