Señor Jesús, hoy es un día más, pero quiero vivirlo como si fuera el último. No quiero desperdiciar este don maravilloso de un día de vida, no quiero desaprovechar este regalo de amor.
Dame la gracia de pasar un buen día, soportando con paciencia las dificultades, los límites, las contrariedades, y disfrutando a pleno cada experiencia agradable, reconociendo la nobleza de cada ser humano, y descubriendo tu presencia a cada instante.
Vení Señor Jesús, para que no me angustien demasiado los problemas, los dolores, las situaciones imprevistas. Ayúdame a aprender algo bueno de todo eso. Dame la capacidad de adaptarme dulcemente a todo, para seguir caminando con calma y esperanza. ¡Señor Jesús, regálame un buen día!
Amén.