Tic – tac

domingo, 7 de julio de
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 Estamos detrás de rejas, en un horizonte desconocido, en un Universo desconocido, en un mundo desconocido. Ya todo es penumbra y no hay aire, no entiendo para qué viví si terminé en este lugar tan hostil, tan encerrado y tan lleno de muerte. Es todo una condena, mi mente ya se acostumbró pero yo no, hay algo raro pero merecido. Seguramente es la prisión que me merezco, que nos merecemos por haber sido así, tal como fuimos, ni más ni menos. Estamos bajo un reino de mentira, una mentira, una falacia, un engaño, pura falsedad, todo es horrible.

Todo lo que hice antes ahora lo pago, pero peor que con creces, lo pago con mi vida, lo pago con esta oscuridad y soledad, con este mundo que no conocí y desprecié sin imaginarme cuán tétrico era, cuán sombrío y espeluznante, lleno de muerte. Tal vez era cierto que la vida era corta, pero la aproveché al máximo, era quién llegaba primero y no me arrepiento de ello. Pero sabía que había algo que faltaba, no era sólo pisar al de al lado, era algo más el sentido de la vida, pero nunca lo entendí. Ya no importa, ya estoy acá, estoy pensando cuándo puedo salir de este infierno, todavía no me enteré, mis compañeros nunca hablan del final, pero realmente no lo soporto.

Ahora que lo pienso, este es el castigo que merecía, interiormente fui siempre así, la vida pasada no fue más que un placer para mí, y esta no es más que una penumbra. Parece que el mundo se cobra todo lo que dejamos, ahora lo siento y lo veo, creí que no habría nada más cuando mi cuerpo terminara de funcionar, creí que ya estaba todo, y no había otro paso. Ahora entiendo qué pasó: si matas a alguien, ese alguien seguirá con la sangre caliente, con la sangre clamando justicia, esa sangre de muerto no está tan muerta, porque se hará justicia, y todo lo que damos, finalmente recibimos.

Lloré, lloré por fuera, pero entendí que es lo que yo busqué, lo que yo había buscado, lo que merecía, mi alma estaba en pena, ya lo creo. Si fuiste feliz, seguirás siendo feliz, pero si fuiste infeliz y perverso como yo, terminarás siendo así. Si diste amor, esa palabra muy rara, en tu vida pasada, no sé qué decirte, sólo te aconsejo una cosa: lo que hice yo, porque otra cosa no te puedo aconsejar, yo vivo acá, conozco este ambiente, este paradigma, pero siéndote franco, no me gusta nada, lo detesto.

Pero quién sabe cómo será el otro lugar, no sé, sólo te recomiendo que hagas lo mejor posible, para que no te pase como a mí, para que no caigas en el error, para que no caigas en este mundo hostil, para que no mueras. Ahora estoy en pena constante, me destruyo, sufro tanto pero no sé hasta qué punto, verdaderamente no lo sé. Y ahora, disculpame, voy a preguntar cuándo me voy de acá, cuando termina esto, no aguanto más, estoy sufriendo, ¡estoy desesperado!

 

Juan Pablo Rodriguez