Jesús dijo a sus discípulos: «Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡ No se inquieten ni teman ! Me han oído decir: ‘Me voy y volveré a ustedes’. Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean. Ya no hablaré mucho más con ustedes, porque está por llegar el Príncipe de este mundo: él nada puede hacer contra mí, pero es necesario que el mundo sepa que yo amo al Padre y obro como él me ha ordenado.»
Palabra de Dios
P. Raúl Gómez sacerdote de la Diócesis de Mendoza
Nos encontramos en torno a la palabra del Señor, en este día el Evangelio nos invita a descubrir claramente las palabras que Jesús nos regala como luz y guía para este día.
Al principio de este Evangelio Jesús comienza diciendo “Les dejo mi paz, les doy mi Paz” pero no como nos la da el mundo, sabemos que la Paz del Señor es aquella del Señor resucitado, de aquel que viene a llenarnos de su presencia, de aquel que viene a reinar en nuestro corazón, de aquel buen pastor que nos lleva hacia las verdes praderas.
Y también Jesús en este evangelio habla de que debe volver al Padre, de que es necesario que ÉL vuelva al Padre desde donde tiene su origen.
Su amor está por encima de todo lo que pueda ofrecernos el mundo y es por eso que queremos descubrir claramente esta presencia.
Jesús nos va preparando el corazón para la venida del Espíritu Santo, que nos permite reconocer la obra del Señor, que nos moviliza a esos lugares donde el Señor quiere que estemos y hablemos en su nombre.
Que su paz siempre habite en nosotros y sobre todo que no tengamos miedo, porque sabemos que con el Señor todo lo podemos y para Él nada es imposible.
Que el Señor sea luz y guía.