Una invitación desconcertante

martes, 3 de diciembre de
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Qué picardía de Dios que justo cuando más acelerados y repletos de actividades estamos, viene Él y nos desconcierta con Su invitación de esperar, custodiar el silencio, detenernos, dejarnos encontrar, orar y amar más.

 

Pero, para Dios: ¿no ves lo que nos estás pidiendo? ¡Sino no llegamos, no nos alcanza el tiempo!

Y sí, lo ve, nos ve.

Necesitamos desacelerar el paso,
destrabar las tranqueras del corazón,
abrir las cortinas con la Esperanza
y adentrarnos en el Camino hacia Belén.

Pero no nos vayamos lejos,
no está kilómetros fuera,
sino en profundidad hacia dentro
donde escribe el corazón.

Allí es dónde José y María están llamando,
golpeando la puerta en cada uno de nuestros rincones,
allí donde no llega la luz,
donde la tristeza nos esconde
o el miedo ha plantado bandera.

Irán golpeando pero ése golpe es en realidad,
una caricia de Dios que quiere preparar el pesebre
y revestirlo de santidad.

Lo maravilloso es que la mejor forma de prepararlo
es que el mismo Jesús,
lo vaya haciendo,
nos vaya haciendo.

Vamos y por ello te decimos:
¡Ven, Señor Jesús!
Porque la mejor forma de ir
es dejarte llegar…

 

barrilete

yohagonuevastodaslascosas.blogspot.com

 

 

Luz Huríe