DECÁLOGO DE LOS SERVIDORES DE LOS ENFERMOS

sábado, 12 de mayo de
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1. Honra la dignidad y sacralidad de mi persona, imagen de Cristo, por encima de mi fragilidad y limitaciones.

2. Sírveme con amor respetuoso y solícito: con todo tu corazón, con toda tu inteligencia, con todas tus fuerzas y con todo tu tiempo.

3. Cuídame como tú quisieras ser atendido, o como lo harías con la persona mas querida que tengas en el mundo.

4. Sé voz de los sin voz: hazte defensor de mis derechos, para que sean reconocidos y respetados.
5. Evita toda negligencia que pueda poner en peligro mi vida o prolongar mi enfermedad.
6. No frustres mi esperanza con tu afán e impaciencia, con tu falta de delicadeza y competencia.
7. Soy un todo, un ser integral: sírveme así. No me reduzcas a un número o a una historia clínica, y no te limites a una relación puramente funcional.
8. Conserva limpios tu corazón y tu profesión: no permitas que la ambición y la sed de dinero los manchen.
9. Preocúpate por mi pronta mejoría; no olvides que he venido al hospital para salir recuperado lo antes posible.
10. Comparte mis angustias y sufrimientos; aunque no puedas quitarme el dolor, acompáñame. Me hace falta tu gesto humano y gratuito que me hace sentir alguien y no algo, o un caso interesante.

Y…cuando hayas hecho todo lo que tienes que hacer, cuando hayas sido todo lo que debes ser…no olvides darme las gracias

 

David Maihub