Evangelio según San Lucas 10, 1-9

miércoles, 25 de enero de
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En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: "La mies es abundante y los obreros pocos; rueguen, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Ponganse en camino! Miren que los mando como corderos en medio de lobos. No lleven talega, ni alforja, ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa, digan primero: "Paz a esta casa." Y, si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos su paz; si no volverá a ustedes. Quedense en la misma casa, coman y beban de lo que tengan, por que el obrero merece su salario. No anden cambiando de casa. Si entran en un pueblo y los reciben bien, coman los que les pongan, curen a los enfermos que haya, y digan: "Está cerca de ustedes el reino de Dios."

 

Palabra de Dios

 

 


P. Fernando Goicochea Sacerdote Salesiano



Primero es lindo que hoy hagamos memoria de este gran cura de Argentina, acá en Córdoba particularmente somos sensibles a esta gran personalidad del Cura Brochero, que en este día lo recordamos. Hay una gran cantidad de gente que se reúne en estos días, y en este día en particular, allí en la villa que lleva su nombre, en Cura Brochero, en Traslasierra.

 

Seguimos rezando, pidiendo al Señor para que de veras pueda ser glorificado con tantos santos este hombre que da un testimonio tan profundo de que el ministerio sacerdotal es algo grande, hermoso y que se lo puede vivir en la tónica de lo que Aparecida nos dice en estos últimos años: “Como discípulos del Señor y como misioneros de nuestros hermanos”. Este es el corazón del Cura Brochero.

 

Yendo al Evangelio de hoy, en esta breve reflexión que hacemos, fijémonos que preciosa invitación la de Jesús, Él nos invita a una cosecha. Quien estuvo en la cosecha se da cuenta que es un ambiente de fiesta, el que ve cuando es la vendimia en San Juan, en Mendoza, cuando es en los campos el tiempo de recoger el grano, la soja, el trigo o el maíz, o lo que fuera, realmente es un ambiente de alegría, de gozo, porque llegó el momento de percibir los frutos, después de haber realizado tanto trabajo sobre la tierra, de haber sufrido si caía piedra, llega el momento de recoger.

 

Fijémonos que bonita que es la vocación que Dios da a cada hombre, a cada mujer. Es esta invitación a una cosecha, a una cosecha abundante.

Por eso nosotros nos vamos sumando con este gozo a medida que descubrimos esta llamada de esta cosecha abundante y queremos trabajar mucho por el Reino.

 

Entonces hay algunas características que Jesús dice, pero nos vamos a quedar simplemente con una: “andar ligeros de equipaje”, Jesús dice no lleven esto, ni aquello, ni lo otro, dinero, alforja, calzado, y andar rapidito, no detenerse en el camino, no por mal educado, sino porque esto urge, hay una gran necesidad de que conozcamos que el Reino de Dios está cerca, está entre nosotros, es una realidad que ya está instalada desde que Jesús vino a la tierra el Reino está en medio nuestro.

 

Te invito a que podamos vivir este día en agradecimiento a Dios por este testimonio precioso del Cura Brochero, y también con esta búsqueda de ir descubriendo cada vez más esta llamada que el Señor nos hace a trabajar por el Reino, que es un trabajo gozoso porque es recoger los frutos de lo que Él ya ha sembrado en este mundo.

 

Que tengas un precioso día.

 

 

Oleada Joven