Evangelio segun San Mateo 20,17-28

miércoles, 7 de marzo de
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En aquel tiempo, mientras iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo por el camino: "Miren, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará."

Entonces se le acercó la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: "¿Qué deseas?" Ella contestó: "Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda." Pero Jesús replicó: "No sabes lo que pedís. ¿Son capaces de beber el cáliz que yo he de beber?" Contestaron: "Lo somos." Él les dijo: "Mi cáliz lo beberan; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre."

Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: "Saben que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre ustedes: el que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor, y el que quiera ser primero entre ustedes, que sea su esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos."



Palabra de Dios

 


 De nuestra redacción



En el evangelio de hoy vemos a los discípulos que no entienden nada de lo que Jesús viene a proponer. El maestro les anuncia su pasión, el paso por la cruz, y la posterior resurrección… su reino que tiene que ver con el abajamiento y con la ofrenda de la vida. Pero los discípulos creen que lo de Jesús es inaugurar un reino temporal con riquezas y poderes.



En ese contexto, después que Jesús anuncia su pasión, ya acercándose el final es que aparece la madre de los Zebedeo, reclamando para sus hijos puestos de privilegio. Y los discípulos que se indignan ante esta escena.



Muchas veces nos pasa a nosotros, el no terminar por comprender por dónde viene la propuesta de Jesús, y nos distraemos en peleas internas en nuestras comunidades pro quién es el primero. La respuesta de Jesús es clara: el que quiera ser el primero que se haga el servidor de todos.



Sólo podemos asumir el lugar que nos corresponde y que nos pertenece a los ojos de Dios. Cuando nos dejamos mirar por Dios y nos descubrimos protegidos y amados, descubrimos lo que somos y lo que estamos llamados a ser. Si mirada no humilla, sino que dignifica, da confianza y nos ubica. No nos hace falta llevarnos el mundo por delante para sentirnos importantes… ante la mirada de Dios nos encontramos con nuestra condición de hijos amados, llamados a descubrir en los demás también a otros hijos amados. ¡Que tengan un lindo día!

 

 

Oleada Joven