Evangelio del día según San Mateo 21,33-43.45-46

jueves, 8 de marzo de
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En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: "Tendrán respeto a mi hijo." Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Éste es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia." Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?"

Le contestaron: "Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos." Y Jesús les dice: "¿No habéis leído nunca en la Escritura: "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"? Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos." Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que hablaba de ellos. Y, aunque buscaban echarle mano, temieron a la gente, que lo tenía por profeta.

 

Palabra de Dios

 

 


 

P. José Navarro Asesor Pastoral de la Diócesis de Tucumán



Realmente es una parábola muy crítica a la clase dirigencial judía de aquel tiempo. Jesús los denuncia a través de esta parábola.

Si ustedes ven el dueño de la viña es Dios, los servidores que manda el dueño son los profetas, los homicidas son los dirigentes judíos. Y el hijo único del propietario es Jesús, que mas adelante será muerto en la cruz.

Sin bien la crítica de Jesús es a la clase dirigencial, no podemos dejar de examinar a nuestra vida a la luz de esta Palabra.

Nosotros también podemos caer en esta actitud de rechazo hacia el Señor, cada vez que no lo dejamos entrar en nuestras vidas, cuando queremos seguir viviendo a nuestro gusto y paladar sin tener en cuenta lo que el Señor dice; siguiendo nuestros proyectos sin importarnos los proyectos o el proyecto de Dios para nuestra vida.

Este domingo pasado el evangelio nos decía: este es mi Hijo muy amado, “escúchenlo”. Y justamente una de las prácticas de la cuaresma es la oración; y esta implica la actitud de escucha, de apertura y recepción y docilidad a la voluntad de Dios; voluntad de Dios, que no siempre coincidirá con lo que uno quiere o desea. Pero si dejamos que la gracia de Dios actúe en nosotros, seguramente daremos esos frutos de amor que el Señor espera de cada uno de nosotros.

 

 

 

 

Oleada Joven