Evangelio del día según San Juan 21,1-14.

viernes, 13 de abril de
image_pdfimage_print

 

 

Después de esto, Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así: estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar". Ellos le respondieron: "Vamos también nosotros". Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada.

Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él. Jesús les dijo: "Muchachos, ¿tienen algo para comer?". Ellos respondieron: "No". El les dijo: "Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán". Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: "¡Es el Señor!". Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua. Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla. Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan. Jesús les dijo: "Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar".
Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió. Jesús les dijo: "Vengan a comer". Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: "¿Quién eres", porque sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos.

 

Palabra de Dios

 

 


 

P. José Navarro Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Tucumán

 

Es un texto muy hermoso del evangelio y me hace dar las gracias al Señor por estar a donde estoy…saben…y siempre lo digo…lo mas hermoso que me pasó en la vida fue conocerlo a Cristo… es verdad que sabía de Jesús. Cuando era chiquito hice mi primera comunión y la confirmación…pero cuando nuestra catequista dejó de ir a buscarnos para ir a misa me fui alejando hasta que me olvidé de cómo se rezaba!!

Gracias a  un retiro que hice volví de nuevo a encontrarme con el Señor. Y miren…ahora soy cura!! Pero les confieso mis queridos jóvenes que el día de mi ordenación sacerdotal fue muy maravilloso…pero nada se compara con conocer al Señor…soy cura porque amo a mi Jesús y sentí que me pedía que lo siguiera como cura. Espero que nunca lo deje de amar al Señor…

Les decía que este evangelio me hacia dar gracias al Señor porque gracias a Él yo estoy perseverando en la fe. El evangelio nos cuenta que los discípulos volvieron a tirar las redes. Pero porque lo hicieron? Simple…porque volvieron a lo que dejaron atrás por seguir al Señor. Quieren recuperar aquello que supuestamente los mantenía con vida (o por lo menos les llenaba la panza).

A tal punto que ya no lo reconocían al Señor…se habían olvidado de quien era o como era Jesús!

Por eso no se daban cuenta de que era Jesús, quien les hablaba de la orilla.

A veces nos puede pasar eso a nosotros! Lo vemos que le pasa a mucha gente o a muchos chicos!!

Cuantos nos cuesta perseverar en el seguimiento de Cristo. Cuanto cuesta seguir a Jesús!! Y siempre estamos queriendo volver a aquello que dejamos atrás!!

Dejamos que nuestro entusiasmo y amor se apaguen Ap 2,4.

Tanto los curas, como los religiosos/as, y los laicos corremos el riesgo de aflojar…de enfriar ese “primer amor” (Ap2,4).

Por eso es necesario mis queridos chicos no descuidar la oración. Que en nuestras comunidades juveniles no se deje de rezar,

de celebrar la eucaristía; no faltes a tu grupo de la parroquia o del movimiento porque esos son espacios fundamentales para tu perseverancia en la fe. La comunidad de fe es fundamental para nuestra perseverancia…

No te alejés de Jesús…no vuelvas a las cosas de antes…lo que Cristo te ofrece es mucho mejor….

 

 

 

 

Oleada Joven