Evangelio del día según San Juan 6,22-29.

viernes, 20 de abril de
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Al día siguiente, la multitud que se había quedado en la otra orilla vio que Jesús no había subido con sus discípulos en la única barca que había allí, sino que ellos habían partido solos. Mientras tanto, unas barcas de Tiberíades atracaron cerca del lugar donde habían comido el pan, después que el Señor pronunció la acción de gracias. Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban allí, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo llegaste?". Jesús les respondió: "Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse. Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello". Ellos le preguntaron: "¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?". Jesús les respondió: "La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado".

 

Palabra de Dios

 

 


 

P. Pablo Nassif Sacerdote de la Arquidiócesis de Córdoba

 

En éste evangelio podemos contemlar como hay hambre en el corazón humano, el hambre y la sed la vida, de más, está presente en todo hombre, ya sea que lo reconozcamos poniéndole nombre o caminemos en la vida sin saber que tenemos éste hambre.

Hambre de vida, hambre abundante, hambre de sentido de vida, de poder dar respuesta a las inquietudes más profundas del corazón.

Y la gente, que nos cuenta el evangelio, le va a pedir a Jesús cuál es el signo para creer en Él…nos has deleitado y nos has maravillado con la multiplicación de los panes ¿cómo creemos en Tí, qué signo nos das, porque Moisés nos dió un signo….No faltó el maná en el desierto… Y EL GRAN SIGNO ES ÉL,  que ya no nos da pan, sino que se hace pan. Ya no nos da algo sino que se da ÉL, para que también nosotros, participando de su misma vida, podamos darnos.

La vida verdadera en torno al Pan de Vida nos invita a reconocer que entrar en el dinamismo de Jesús, es un dinamismo en el que no damos cosas, sino un dinamismo en el que estamos invitados a darnos.  A dar el Pan, ÉL es el Pan de la Vida para saciar el hambre de fraternidad, de justicia, de búsqueda, de solidaridad, de igualdad….hambres que están presentes en todos los órdenes de la historia y de la vida. Jesús es el pan y Él nos sacia

 

 

 

 

Oleada Joven