Evangelio según San Marcos 12,35-37

jueves, 7 de junio de
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Jesús se puso a enseñar en el Templo y preguntaba: "¿Cómo pueden decir los escribas que el Mesías es hijo de David? El mismo David ha dicho, movido por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies. Si el mismo David lo llama 'Señor', ¿Cómo puede ser hijo suyo?". La multitud escuchaba a Jesús con agrado.



Palabra de Dios

 

 




P. José Navarro Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Tucumán

 

Si ustedes se acuerdan el viernes pasado meditamos ese pedacito del evangelio de Marcos en el que Jesús entrando a Jerusalén se dirige al Templo y expulsa a los vendedores que había allí. El texto de hoy nos sigue ubicando en Jerusalén y en el Templo. Es allí donde Jesús es abordado por distintos grupos del judaísmo, que buscan desautorizarlo. Y uno de los puntos de la discusión es la misión-visión que se tenía del Mesías. Las ideas imperantes en el ambiente judío del primer siglo presentaban al Mesías como un guerrero triunfante, como un sacerdote excepcional o como un nuevo legislador.

 

Sus adversarios intentan forzar a Jesús a una discusión partidista en la que sólo se intenta legitimar la violencia del poder, de la ley o, incluso, de la espada.

 

Los saduceos piensan que el Mesías debe ser tan poderoso y déspota como ellos que controlaban el Templo; los fariseos piensan que sólo con un cumplimiento fanático de todos los preceptos de la ley se alcanza tal objetivo; los zelotas radicalizan aún más la violencia de la ley y esto los lleva a empuñar la espada contra los romanos.

 

Jesús opta por darle el significado original a esta palabra. Mesías significa ungido, elegido, designado para una misión. Y la misión por la que Jesús opta es la de comunicar la buena noticia salvadora que viene de parte Dios. Jesús nos comunica el amor de Dios. Un amor que redime y transforma nuestro sufrimiento y miseria en un camino de gracia y salvación.

 

Y vos como cristiano, o sea, como ungido (porque Cristo es la traducción griega del término hebreo “ungido”), estás llamado desde tu bautismo a seguir con esta misión.

 


 

 

Oleada Joven