Evangelio según San Mateo 23,1-12

sábado, 25 de agosto de
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"Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen. Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo. Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse llamar 'mi maestro' por la gente. En cuanto a ustedes, no se hagan llamar 'maestro', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen 'padre', porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco 'doctores', porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías. Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros, porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado".

 

Palabra de Dios

 

 


 

Reflexión: P. Fernando Goicochea Sacerdote Salesiano de Don Bosco

Jesús a los escribas y fariseos durante su vida les "ha dado con un caño", dicho así en criollo. Precisamente porque tenían una gran fachada, pero por dentro estaban vacíos.Todo lo hacen para que los vean según su expresión.
Parecen como esas casas, seguro que viste alguna vez en alguna filmación que muestran como hacen en las películas y cuando uno mira ve que todas esas casas extraordinarias que uno ve, en la película parece que fueran de verdad, y en realidad son pura fachada y atrás no hay nada. Esto es lo que son los fariseos, pura facha, les interesa que los demás los vea, les interesa que los demás hablen bien de ellos, pero en la realidad ellos no tienen solidez, no hacen lo que dicen, son como sepulcros blanqueados dice Jesús en otra parte.

 

Y Jesús en cambio nos invita  a vivir sólidamente y para esto nos señala el camino, humillarse: "El más grande que se haga el servidor, porque el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado" . El camino en el Evangelio, que es el que Jesús tomó, no es otro. Jesús siendo Dios, no tuvo esta condición como una prerrogativa sino que, se abajó, se hizo uno de tantos, humillándose hasta la muerte y muerte de cruz, dice en la carta a los Filipenses.
 

 

Entonces nuestros sentimientos que vayan por donde dice el salmo 130: "Señor mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros, no pretendo grandezas que superan mi capacidad, sino que acallo y modero mis deseos como un niño en brazos de su madre".

 

Sin que la felicidad no es tanto en el mucho poseer sino en el poco necesitar. Cuanto mas simplifiquemos nuestra vida, más felices seremos. Cuantos más deseos y ambiciones tengamos, más difícil será contentar este corazón que tanto busca.

Nuestros deseos deberían ir, porque poco a poco busquemos solamente una cosa, la única necesaria que es cumplir, realizar cada vez con mayor perfección, con mayor atención esta voluntad y este querer de Dios que pasa por nuestras cosas ordinarias; será tu estudio, será el trabajo, será tratar de vencer alguna pasión desordenada, será buscar querer o por lo menos respetar a personas con las cuales compartís todos los días y que pueden tener grandes dificultades con vos, o vos con ellos.
Tratar de tener esta compasión, este cariño, esta atención, aún cuando haya grandes diferencias, este aprender a vivir en la diversidad.

 

Para no extendernos más, en este día dedicado a San José de Calasanz, fundador de los Escolapios, que él proteja a la niñez, a nuestros jóvenes y a nosotros nos ayude a vivir abajándonos como Él lo hizo para que como decía Juan el Bautista "Es preciso que crezca Jesús y que yo disminuya". Amén.

 

 

 

 

 

 

 

 

Oleada Joven