Evangelio según San Marcos 9,30-37

domingo, 23 de septiembre de
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Al salir de allí atravesaron la Galilea; Jesús no quería que nadie lo supiera, porque enseñaba y les decía: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará". Pero los discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas. Llegaron a Cafarnaún y, una vez que estuvieron en la casa, les preguntó: "¿De qué hablaban en el camino?". Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande. Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: "El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos". Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: "El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado".

 

Palabra de Dios

 

 


 

Reflexión: P. Andrés Peirone Sacerdote Salesiano de Don Bosco



Hoy la Palabra de Dios llega a nosotros con este Evangelio de San Marcos, en donde Jesús dice: "el que quiere ser el primero debe hacerse el último de todos y el servidor de todos". Jesús dice esto porque sus discípulos estaban discutiendo entre ellos sobre quien era el más grande e importante.

Jesús nos recuerda, como lo hizo con sus apóstoles que el más grande, es el que más sirve, el más alto es el que más se abaja, el más importante es el que lava los pies a los demás, esas son las actitudes que ante Dios te vuelven grande.



Por supuesto que el mundo no entiende esto, y nosotros como muchas veces pensamos como piensa el mundo, tampoco lo entendemos, nos desconcierta, en algunos casos nos da hasta risa y nos decimos "que pavada es esta", y sin embargo la experiencia humana nos habla de que las grandes personas, esas que realmente tienen peso en su familia, en sus ambientes de trabajo, entre sus amigos, y  peso hasta en la historia de sus pueblos, son personas que han sido servidores de los demás, personas que se han puesto a atender al otro, que pensaron más en plural y no tanto en singular, que la palabra que más usaban no era "yo" sino "nosotros".



Le pedimos hoy a Jesús, para vos, para mí, que nos regale esta gracia de ser GRANDES, es decir, la gracia de ser SERVIDORES. Amén.



 

 

 

Oleada Joven