Nos pasa en los momentos de cambios importantes o tal vez en unos simples minutos de reflexión que nos ponemos a pensar en lo que se viene, y de repente nos encontramos cara a cara con ese supuesto futuro que nos espera. Y ese ver hacia adelante, a veces nos asusta. Empiezan a surgir los miedos, porque nos damos cuenta de que todo lo que tenemos planificado no va llegando, que nuestros sueños parecen estar muy lejos de hacerse realidad; o, por otro lado, nos damos cuenta de que no sabemos a dónde nos llevará la vida, y esa incerteza nos desestabiliza.
¿De dónde nacen estos miedos? ¿Hay que simplemente aguantarlos y esperar a que pasen o debo enfrentarlos? ¿Cómo lo hago? Éstas son algunas de las preguntas que le acercamos al nuestro invitado de esta semana, P. Melchor Lopez, sacerdote del Movimiento de la Palabra de Dios y parte del equipo de produccion de Radio María Argentina.
El P. Melchor, antes que nada, apuntó a desdramatizar los miedos: existen y tampoco es malo tenerlos. La cuestión está en enfrentarlos. Para evitar que se conviertan en fantasmas es importante poder identificarlos y ponerles el nombre que tienen… ¿miedo a no ser feliz? ¿a no poder recibirme? ¿a no conseguir trabajo? ¿a no encontrar la persona con la cual compartir la vida?, etc etc. Incluso, comentó el sacerdote, es una buena opción poder escribirlo en un papel de modo que quede más "tangible".
Luego es importante poder conversarlo con algún amigo; muchas veces el otro trae una nueva mirada o puede indicar si en verdad el miedo que nos genera es real o es objeto de nuestra imaginación.
Lo más importante es enfrentar eso a lo que tenemos miedo; seguramente al comenzar a dar los pasos necesirios los miedos se van a ir esfumando, sobretodo si son de esa clase de los que son irreales en cuanto a que todavía no hay ningún dato que indique la posibilidad de que eso que tememos se de. Por ejemplo: "tengo a miedo a no conseguir trabajo". ¿Saliste a buscar trabajo? ¿lo intentaste? "No". Entonces ese miedo es infundado porque todavía no existe.
Por otro lado conversamos sobre la presencia de Dios que como Padre bueno cuida de nuestras vidas, y está más interesado que nosotros en que llevemos adelante lo que nos puso en el corazón. Dios no nos dió cuerda y nos soltó; sino que nos acompaña en el camino. Se levanta a la mañana con vos, se pone la mochila, camina a la facu junto a vos y está ahi permanentemente alentándote. "Yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo" Mt. 28,20
Si querés escuchar el programa y así conocer más acerca de la charla que compartimos con el P. Melchor Lopez, hace click en el reproductor debajo del título.
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