Arrancaron los Juegos Olímpicos, y como todo en la vida, a este equipo de La Oleada, nos invita a la reflexión. Y esta vez nos pareció interesante hablar de la competencia. Ese fenómeno que es esencial para los deportistas profesionales, pero que también está presente para todos los que no estamos en Londres sino simplemente viviendo la vida cotidiana.
La comptencia es una realidad de la cual no podemos escapar, forma parte de lo de todos los días. Competimos en la familia, en el trabajo, en la facultad, en el gimnasio… con otras personas y con nosotros mismos. ¿Es malo competir? ¿despierta lo mejor o lo peor de mí?.
Conversamos con el Lic. Marcelo Diez, especialista en gestión humana de las organizaciónes. "Muchas veces relacionamos a la competencia como si fuera "mala palabra", cuando el diccionario dice que viene del latín "competere", ir al encuentro" comentó Marcelo Diez. "El sentido de la competencia sería ir al encuentro del otro, en donde el otro me ayuda a crecer a mí. Competir no es ganarle al otro, sino el proceso que se da al competir" agregó a continuación.
Propio de nuestra sociedad "exitista" pareciera que quien pierde es un perdedor. El fracaso es parte del aprendizaje, y casi sería imposible mejorar y crecer, sin la experiencia de la derrota.
En el ámbito del trabajo, comentó Marcelo Diez, muchas veces no nos reconocemos como personas sino como profesionales técnicos, y no empatizamos con el compañero, cuando en realidad yo lo ayudo a crecer a él y él a mí. Incluso competir puede resultar un espacio de servicio para con el otro, en cuanto que lo ayudo a despertar lo mejor de él. Sirvo al otro cuando me comprometo con mi desarrollo, cuando estoy llevando lo mejor de mí a un ámbito de competencia.
Dinámica
Marcelo Diez nos invitó a pensar en alguien que sea un buen competidor: en el estudio, trabajo, deporte , familiar, etc Y descubrir qué factores lo convierte en buen competidor. Puede ser el saber escuchar, el trabajar duro para cumplir los sueños, el alentar a los demás, espíritu de superación, etc.
Saber reconocer a un referente nos ayuda a visualizar a personas concretas, lo que nos ayuda a poder trabajar en nosotros mismos para poder adquirir esas cualidades que admiramos. Somos y nos hacemos, por eso siempre podemos mejorar. La idea es pasar del concepto de competencia por el de competente.
Si querés escuchar el programa y así conocer más acerca de la charla que compartimos con el Lic. Marcelo Diez, hace click en el reproductor debajo del título.
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