Blas Pascal dijo una vez "El corazón tiene razones que la razón desconoce" y alguien agregó "La razón tiene corazonadas que el corazón no comprende"…. Y la verdad que las frases suenan muy buenas. Pero más allá de eso, estas palabras nos ponen de frente a un dilema con el que muchos nos encontramos a lo largo de la vida: ¿Escucho a mi cabeza o escucho a mi corazón?
Cuando la razón y las emociones van de la mano, la respuesta es muy fácil, pero es muy común que en momentos de decisiones fuertes o en épocas medio oscuras de nuestra vida, ellas se contradigan y no sepamos para dónde tirar.
Conversamos con Cristina Martinez, virgen consagrada de la Arquidiócesis de Córdoba quien trabaja muy de cerca en la Fundación Manos Abiertas. "Todos vamos palpando y tenemos experiencia fuerte de la propia fragilidad, de esta tensión interior que nos caracteriza como personas en crecimiento. Decía Dolores Alexandre, que en la calle todos deberíamos ir caminando con un cartel colgando que diga "Disculpe las molestias, persona en construcción". Es bueno saber que todos vamos caminando, contruyéndonos, que no somos algo acabado ni tenemos la verdad con nitidez. Estamos en búsqueda, por lo que el corazón está en tensión permanentemente" comentó María Cristina.
El desafío es buscar la integración, encontrarnos con el carozo de la persona en donde se entremezclan los pensamientos, las palabras, los mandatos, los proyectos, los deseos… Es un camino que nos lleva toda la vida, ir encontrando el orden y las respuestas en nosotros mismos. En medio del dinamismo de la vida, vivir desde dentro y en profundidad, implica generar espacios para hacer silencio y escucharnos a nosotros mismos… ¿qué quiero? ¿quién soy? ¿hacia dónde quiero que vaya mi vida? ¿qué me genera lo que vivo?. Es un estar atentos a lo que se nos mueve por dentro. "Es un camino de crecimiento en donde se pone en juego la libertad, y podemos llegar a equivocarnos y no está mal, forma parte de la vida. Por eso es importante estar despiertos interiormente" comentó Cristina Martinez.
"Con una cabeza bien puesta, un corazón amante y manos a la obra" decía el P. Hurtado. Una persona muy inteligente y con un buen corazón tiene las mayores posibilidades en todos los ámbitos. Nuestro corazón anhela desde siempre ser plenos, ser plenamente nosotros mismos en todo lo que hacemos y en todo lo que somos. Pero paradójicamente para llegar a ésto, Jesús nos propone ir para adentro y a la vez renunciar… despojar el yo no integrado, para ir al centro del corazón donde verdaderamente somos".
No existe una pelea entre el corazón y la cabeza; el desafío es evitar que "peleen" e ir unificándolos, buscar la unidad de nosotros mismos. Estar todo yo en lo que voy haciendo en todas las horas del día, y ésto no se improvisa sino que se trabaja. De ahí vemos la necesidad de generar espacios para escucharme desde lo profundo en el silencio y también compartirlo con otro que nos quiera bien para que nos haga de eco.
Si querés escuchar el programa y así conocer más acerca de la charla que compartimos con Cristina Martinez, hace click en el reproductor debajo del título.
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