Madre siempre fiel, cuando te asaltó la incertidumbre, cuando las cosas se te hacían complicadas, supiste confiar. ¡Y cómo confiaste! En el momento cumbre de la historia con decisión y firmeza pronunciaste aquel bienaventurado "Hágase", del que viene nuestra salud.
¡Y siempre lo mantuviste! Las desconfianzas de otros, los decires de tantos nunca te apartaron de la santa confianza.
Te pido Madre, María de la Confianza, el auxilio divino que me permita superar las incertidumbres que muchas veces me invaden.
Que así sea.