Me sales al encuentro Señor, y me presentas al hermano que me necesita, llenas de sentido mi vida, tejes mi existencia entre acontecimientos y personas que me encuentro.
Tú, Señor, me hablas de otras vidas, a través de la radio, al comenzar el día. El teléfono me trae personas y situaciones a las que responder.
Cuando vivo en sintonía contigo, los otros se me cuelan en el alma. Las puertas de mi casa se abren a otras vidas, mi economía ya no es mía; mi tiempo se multiplica y mi agenda se extiende y agiliza. Mi vida es tu vida, mi entrega es alegría y la vida se hace fiesta.
Gracias, Señor, por hacerme obrero de tu mies, gracias por hacerme sentir válido, y ampliar mi corazón raquítico, hasta hacerle querer a todos. Aquí tienes mis manos… Renueva mi compromiso.
Mari Patxi Ayerra y Álvaro Ginel.