Vengo a Ti para que me acaricies antes de comenzar el día.
Que tus ojos se posen un momento sobre mis ojos.
Que asista a mi trabajo sabiendo que me acompañas, Amigo mío.
¡Pon tu música en mí mientras atravieso el desierto del ruido!
Que el destello de tu Amor bese las cumbres de mis pensamientos
y se detenga en el valle de mi vida, donde madura la cosecha.
¿No has oído sus pasos callados?
Él viene, viene. siempre viene.
Rabindranath Tagore