Despierta, Señor, nuestros corazones, que se han adormecido en las cosas y ya no tienen fuerza para amar. Despierta, Señor, nuestra ilusión, que se ha apagado en ilusiones huidizas.
Despierta, Señor, la sed que tenemos de Vos, porque demasiado a menudo bebemos aguas amargas Despierta, Señor, el hambre que tenemos de Vos, porque nuestras comidas nos dejan vacíos.
Despierta, Señor, nuestro deseo de felicidad porque nos perdemos en diversiones caducas. Despierta, Señor, nuestro silencio vacío, porque necesitamos palabras de vida para vivir.
Despierta, Señor, todo nuestro ser, porque hay caminos que solo se hacen con los ojos abiertos para reconocerte.
Amén
Josep-Enric Parellada Procedencia: Santuario de Montserrat