Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: «El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia».
Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme, y yo los haré pescadores de hombres».
Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron. Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes.
En seguida los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.
Palabra de Dios
El texto de hoy nos narra el comienzo del ministerio de Jesús en Galilea. El mensaje que Marcos pone en labios de Jesús es sencillo: está cerca el Reino de Dios, conviértanse y crean en la Buena Noticia. La Buena Noticia es el evangelio que tiene que cambiar nuestra vida. En seguida empieza Jesús a llamar a sus discípulos, llama a cuatro, dos parejas de hermanos, Simón y Andrés, Juan y Santiago. El relato es bien escueto. Deja claro que es Jesús quien llama, y que los llamados lo siguen inmediatamente, formando ya un grupo en torno a Jesús. Serán los primeros discípulos.
Todos somos invitados a escuchar a Jesús y a seguirlo en su camino. Es la escuela de Jesús. De Jesús estamos aprendiendo, es nuestro Maestro. Es nuestro Evangelizador, él nos evangeliza si nos dejamos evangelizar. Somos invitados a «convertirnos», o sea, a ir aceptando cada vez más en nuestras vidas a Jesús. Esto implica cambiar nuestra mentalidad y nuestras actitudes. Si creyéramos de verdad, como aquellos cuatro discípulos, la Buena Noticia que Jesús nos anuncia, ¿no tendría que cambiar más nuestro estilo de vida? ¿no se nos tendría que notar más que hemos encontrado al verdadero Maestro?
Jesús nos pide que nos convirtamos y creamos en la Buena Noticia. Convertirse significa cambiar, abandonar un camino equivocado y seguir el verdadero camino de Jesús. Y cada día tenemos que convertirnos a Jesús. Jesús nos invita a creer en el Evangelio. Y el evangelio es una persona, es Jesús en medio de nosotros. Su mensaje es radical, no nos puede dejar indiferentes. Los primeros discípulos lo dejaron todo y lo siguieron. Tuvieron una buena disposición.
Los cuatro son pescadores. Ellos van a dejar sus barcas y sus redes que eran sus elementos de trabajo. Para un pescador era fundamental como lo es el martillo, el metro y el serrucho para un carpintero. Hay generosidad y desprendimiento en los discípulos. Dejan todo para seguir a Jesús. Dejan a sus familias y sus elementos de trabajo para seguir al Maestro. Irán con él de pueblo en pueblo misionando. Trasmitiendo una alegre Noticia, que el Reino ya está presente, ya llegó porque Jesús es el Reino en medio nuestro. Que mejor noticia que esta. También nosotros tenemos que anunciar a Jesús. El nos cambió la vida y es nuestro deber compartirlo y anunciarlo para que otros lo conozcan, no podemos ser egoístas. Seamos alegres discípulos misioneros. Seamos alegres anunciadores de Jesús.
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