Primera parte: Lo que creemos
Capítulo Segundo, Dios nos sale al encuentro
Dios no está obligado a revelarse a los hombres. Lo ha hecho por amor. Como en el amor humano podemos saber algo de la persona amada, sólo cuando nos abre su corazón, del mismo modo sólo sabemos algo de los más íntimos pensamientos de Dios, porque el Dios eterno y misterioso se ha abierto por amor a nosotros. Desde la Creación, pasando por los patriarcas y profetas, hasta la -> REVELACIÓN definitiva en su Hijo Jesucristo, Dios ha hablado una y otra vez a los hombres. En Él nos ha abierto su corazón y mostrado claramente para siempre su ser más íntimo.
Por medio de Jesucristo el Dios invisible se hace visible. Se hace hombre como nosotros. Esto nos enseña hasta dónde alcanza el amor de Dios. Lleva toda nuestra carga. Anda todos los caminos con nosotros. Está en nuestro abandono, nuestro dolor, nuestro miedo a la muerte. Está allí donde no podemos avanzar más, para abrirnos la puerta hacia la Vida.
Algunas preguntas que nos pueden ayudar a seguir reflexionando: ¿cómo se te reveló Dios en tu vida? ¿cuál es el rasgo de Dios más presente en tu vínculo con Él: el amor, la misericordia, el compañero de camino…?