Una mirada y una sonrisa

viernes, 20 de enero de

 

 

Al comienzo del día es bueno imaginar a Jesús, tratar de contemplar su rostro amable, felíz, serenamente gozoso. Y también imaginar que me mira con amor y me dice: Vamos Víctor, comencemos este nuevo día. No te detengas. Este día vale la pena.





Es bello empezar el día con esa consciencia de ser mirado con amor, para poder caminar envuelto por ese amor que sostiene y que anima.





Y ante esa invitación puedo tratar de responder con una sonrisa, dejar que poco a poco vaya brotando esa sonrisa, que es como decirle sí a la vida, como aceptar que Jesús, que me ama, me lleve donde él quiera. Luego, puedo mirar esa sonrisa en el espejo, con la decisión de enfrentarlo todo con amor y esperanza.





Algunos días podemos hacer más: reír. Si no podemos reír a carcajadas, al menos intentemos provocar una leve risa. Riamos de nosotros mismos, de nuestros errores, de nuestras tonterías, de las veces que nos enojamos inútilmente. Demos vueltas y vueltas y luego caigamos en un sillón riendo, dándole gracias a Dios por su paciencia con nosotros y porque nos regala otra oportunidad.

 

 

 

Fuente: rcc.org.ar – Víctor Manuel Fernández

 

Oleada Joven